El abuso infantil puede afectar al cerebro de los descendientes
EFECTOS EN EL DESARROLLO
Investigadores han descubierto que el maltrato infantil puede alterar el epigenoma de los espermatozoides, transmitiendo posibles efectos negativos en el desarrollo cerebral de la siguiente generación.
Investigadores de las universidades de Turku y Copenhague descubrieron que el maltrato infantil puede modificar el epigenoma de los espermatozoides, lo que podría influir en el desarrollo cerebral de la siguiente generación. El estudio FinnBrain halló alteraciones en la metilación del ADN y en moléculas de ARN no codificante en hombres con antecedentes de maltrato, lo que sugiere una posible transmisión de estos cambios a la descendencia sin alterar la secuencia genética. Estas modificaciones epigenéticas podrían afectar la expresión de genes clave en el desarrollo neurológico, aumentando el riesgo de problemas cognitivos o emocionales en los hijos.
Los científicos buscan confirmar esta herencia epigenética en humanos, lo que podría cambiar la comprensión de la transmisión biológica de los efectos del entorno. Como afirma Jetro Tuulari, primer autor del estudio, “demostrar la herencia epigenética en humanos reescribiría las reglas de la herencia”, lo que resalta la necesidad de más investigaciones en este campo. Aunque se han observado correlaciones, aún se requieren más estudios para determinar si estos cambios afectan directamente la salud y el desarrollo de los hijos, así como su posible reversibilidad mediante intervenciones tempranas.
Este hallazgo refuerza la importancia de la prevención del maltrato infantil y del apoyo psicológico a las víctimas, ya que sus efectos podrían trascender generaciones. Según Noora Kotaja, investigadora principal del estudio, este es el “estudio más amplio y más completo” realizado hasta la fecha sobre la herencia epigenética a través del epigenoma del espermatozoide en seres humanos. Si se confirma la transmisión epigenética, abriría nuevas vías para estrategias terapéuticas enfocadas en mitigar las consecuencias del trauma en la descendencia, lo que podría transformar la manera en que abordamos los efectos del maltrato infantil a largo plazo.
Además, este estudio subraya la importancia de considerar el bienestar de los padres, especialmente de aquellos que sufrieron traumas en su infancia. El maltrato infantil no solo afecta a los individuos directamente implicados, sino que tiene un impacto potencial en las futuras generaciones, lo que resalta la necesidad de políticas públicas que promuevan una mayor protección infantil y el acceso a recursos de salud mental para prevenir efectos a largo plazo.
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