CRÓNICAS DE AGORA E SEMPRE
José Feijóo e o “Gordo” do Alfonso XIII
ZONA VERDE
El cáñamo de agua americano o acahuillo, de nombre científico Bidens frondosa, y conocida en gallego con el nombre de bidentes, es una planta herbácea anual originaria del norte de América y naturalizada en las zonas templadas de Europa y otros continentes, perteneciente a la familia de las Asteráceas o Compuestas.
Sus raíces son fibrosas. Sus tallos, verdosos con tonalidades marrón rojizas y sin pelos o ligeramente pilosos, pueden alcanzar un poco más de un metro de altura, son erectos, angulosos, muy ramificados sobre todo en la mitad superior. Sus hojas, opuestas, son pinnadas con foliolos peciolados, lanceolados y márgenes aserrados, el terminal es de mayor tamaño que los laterales.
Sus pequeñas flores de color amarillo anaranjado con forma de tubo, se presentan agrupadas en inflorescencias de tipo capítulo discoidal florales solitarios o en pequeños grupos axilares o terminales, rodeados de brácteas, semejantes a las hojas, más largas que los mismos capítulos; las externas son verdes y las internas negruzcas. Florece desde bien entrada la primavera hasta el otoño. Sus frutos son aquenios, comprimidos lateralmente y rugosos, de color negruzco o castaño oscuro, con dos cerdas. Contiene las semillas que se pueden adherir a los tejidos o al pelo de los animales, lo que facilita su dispersión. Crece en terrenos baldíos, márgenes de caminos, cercas y terrenos fangosos de orillas de ríos y lagos, en general en zonas húmedas o nitrificadas.
El nombre genérico, bidens, deriva del latín bis, que significa “dos veces”, y dens, que significa “diente”, y hace referencia a las cerdas de sus frutos; su epíteto, frondosa, proviene del latín y significa “con follaje abundante”.
Una planta apetecida por los insectos polinizadores. Sus semillas son alimento de aves y pequeños mamíferos. Sus hojas lo son de mariposas y otros insectos. En Galicia está considerada como una especie exótica invasora, tal como afirma la Sociedad Galega de Historia Natural. Desplaza la flora autóctona. Además altera la biodiversidad al hibridar con especies de Bidens autóctonas. No obstante, puede ser útil para regenerar suelos contaminados ya que puede acumular metales pesados. En la medicina tradicional se ha utilizado para tratar heridas e inflamaciones, aunque se desaconseja su uso sin previa consulta médica.
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