La capuchina y las propiedades de sus aceites esenciales

ZONA VERDE

La capuchina contiene aceites esenciales con propiedades antifúngicas y antibióticas

Ejemplar Tropaeolum majus en floración.
Ejemplar Tropaeolum majus en floración.

Tropaeolum majus es una planta herbácea anual, más o menos lampiña, originaria de países de Sudamérica, como Perú y Bolivia. Pertenece a la familia de la Tropaeoláceas. En castellano recibe los nombres de capuchina, capucha de monje, espuela de galán, flor de la sangre, llagas de Cristo, marañuela, mastuerzo de indias o taco de reina. En gallego, además de llamarle también capuchina, se le denomina chagas, flor do canario, herba do sangue o mestruzo do Perú.

Etimológicamente, su nombre genérico tropaeolum derivada del griego tropaion y del latín tropaeum, significa “trofeo”, en referencia a la forma de sus flores, las cuales también tienen semejanza con los cascos que usaban los guerreros romanos. El adjetivo latino majus significa “grande”. El término castellano de mastuerzo, deformación de la palabra nastuerzo, procede de las raíces latinas nasus, que significa “nariz”, y tortus que significa “torcido”. Ese vocablo, “nariz torcida”, lo usó ya Plinio por el desagradable olor que emana.

Sus raíces son largas, gruesas, tuberosas y blanquecinas. Sus largos tallos, trepadores o rastreros, son suculentos y retorcidos, llegando a crear densos tapices. Sus hojas, orbiculares y arriñonadas, son alternas, largamente pecioladas, de margen entero y ligeramente ondulado, caducas y de color verde tirando al azulado, con numerosos nervios. Los peciolos que surgen del medio de las hojas actúan como zarcillos.

Son muy hidrófobas, por ello las gotas de agua que caen sobre ellas se deslizan rápidamente manteniendo su forma esférica. Además tienen la capacidad de alejar hormigas y caracoles, motivo por el cual son muy útiles en huertas y cultivos biológicos. Sus flores son muy vistosas, acampanadas, con un cáliz prolongado en un espolón y una corola con pétalos patentemente rayados y de colores vivos que van del amarillo, al anaranjado y al rojo. Florece da mayo a septiembre.

Sus frutos son carnosos y contienen las semillas, aunque la planta también se puede reproducir de forma vegetativa al rebrotar cada año a partir de las raíces tuberosas o por esquejes al desprenderse algún fragmento de la planta. Crece en las inmediaciones de asentamientos humanos, en bordes de carreteras, escombreras, herbazales, taludes y solares abandonados, en terrenos más o menos nitrogenados y bien soleados. No resiste las heladas. Es más frecuente encontrarla en las zonas litorales que en el interior.

Por sus cualidades ornamentales es una especie cultivada en jardinería, aunque en muchas ocasiones se escapa de los ámbitos ajardinados y se asilvestra en otros hábitats convirtiéndose en especie invasora que por su poder formar alfombras es capaz de competir con la flora autóctona al impedir que la luz llegue a las demás especies. En nuestro municipio se encuentra en jardines privados y también en márgenes de caminos rurales.

Llegó a nuestro país en el siglo XVI o XVII. Aparece documentada por primera vez por el médico y botánico español Nicolás Bautista Monardes Alfaro, en el año 1565. Es una planta alimenticia no convencional. Toda ella es comestible, tanto en rehogados como en ensaladas. Las hojas y las flores tienen un sabor fresco y picante parecido al del berro, y por ello se le denominaba berro del Perú o de los jesuitas, ya que, posiblemente, la planta fue traída quizás por los misioneros jesuitas de aquellas tierras. Las flores se pueden utilizar como decoración de diversos platos. En la Segunda Guerra Mundial sus semillas molidas se usaban como sustituto de la pimienta.

Fue muy apreciada por los incas como cicatrizante y desinfectante. Contiene aceites esenciales con propiedades antifúngicas y antibióticas, motivo por el cual es empleada en casos de infecciones urinarias, nefritis o gripe. Asimismo, sirve para tratar los “moratones” producidos por golpes, machacando las hojas y aplicando el resultado en la zona afectada. Las hojas y las semillas se utilizan también para elaborar lociones capilares. Es rica en nutrientes, aportando al organismo potasio, fósforo, calcio, magnesio, zinc, cobre y hierro. Por su contenido en vitamina C fue muy utilizada contra el escorbuto, motivo por el cual su cultivo proliferó en puertos y zonas costeras.

En el lenguaje de las flores está considerada como símbolo de la libertad, de la fuerza y de la independencia. Es famoso el alfombrado de capuchinas, plantadas a ambos lados de un sendero, de los jardines Monet, en Giverny, Francia.

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