¿Engordar en Navidad? Ciencia y trucos para que no pase factura

Llegan las luces a la ciudad y el olor a castañas se mezcla con el ambiente navideño. La Navidad en Ourense es sinónimo de familia, celebración y, por supuesto, de grandes comidas.

Unos días repletos de compras y preparativos en las cocinas, toda una exaltacion festiva que a menudo, se acompaña de cierta preocupación por los excesos en las comidas y al temido aumento de peso. Ciertamente esta tendencia es real y significativa, los estudios indican una media de 0,5 kg de aumento de peso en jóvenes y adultos, no obstante, es importante atender que el problema no está en excederse un día con la comida o en un atracón puntual por así decirlo, sino en la acumulación año tras año de esa discreta ganancia de peso.

En diciembre es recomendable disfrutar de los alimentos con moderación y trabajar de forma continuada un plan de ejercicio físico y buena alimentación (anteponiendo los alimentos saludables y ricos en nutrientes esenciales) a poder ser sin parones, durante todo el año. Las fiestas, por su naturaleza social y gastronómica, nos obligan a ser flexibles, pero no a abandonar este reto. Por ello, la misma disciplina de moderación y selección consciente que aplicamos el resto del año debe ser nuestra aliada en la mesa navideña. No se trata de eliminar, sino de aplicar el sentido común para que el disfrute de estos días no desvíe el propósito de los buenos hábitos.

Os comparto algunos trucos y recomendaciones que podrían ser de gran ayuda:

Organiza el menú

Aprovecha los productos de temporada de las plazas y mercados de tu entorno. Verduras, hortalizas y frutas frescas permiten elaborar una gran variedad de recetas, y además, moderadas en calorías. Limita en tu menú alimentos demasiado procesados (patés, salsas industriales y aderezos, fritos, bollería,..) suelen contener mas grasa saturada, sal y azúcares.

Cocina sencillo

Cuando prepares marisco, pescado, huevos, carnes.. da preferencia a la sencillez. Apunta los métodos estrella y prioriza sobre fritos y rebozados, por ejemplo, emplea el hervido (para el marisco), el asado (para la carne) la plancha o el vapor (para el pescado). Son técnicas de cocción con poca grasa, en las que además, no es necesario añadir harinas. Ventajas? todas, ganas sabor auténtico, reduces las calorías y haces que la comida sea mucho más fácil de digerir.

Un truco que me gusta mucho y que apunto de mis amigos chef, añadir un poco de caldo con vegetales o vino para asar, en lugar de mantequillas o aceites en exceso. Este simple reemplazo baja la grasa saturada en tus recetas. El caldo aporta sabor sin calorías innecesarias. Y si una receta necesita una salsa, haz una opción ligera, sustituye la nata o la mayonesa por salsa de yogur natural desnatado, zumo de naranja o limón, o vinagretas basadas en aceite de oliva virgen.

Postres mini

Es imposible (e innecesario) resistirse a probar los dulces típicos. La clave está en reservar ese petit régal para el día de la celebración principal y evitar repetirlo en desayunos, meriendas o en todos los días intermedios. Y si el postre es muy calórico (como los hechos a base de cremas, frituras o harinas refinadas), opta por una ración pequeña o simplemente compártelo.

Brindis con menos alcohol

Las celebraciones son sinónimo de brindis, pero recuerda que las bebidas alcohólicas aportan muchas calorías vacías y dificultan la digestión. Modera su consumo y, si bebes, da preferencia a las opciones con menor graduación, como el vino o la cerveza, que suelen tener menos calorías que los licores y destilados (ginebra, ron, whiskies). Así, disfrutarás del brindis sin que el exceso de calorías líquidas sabotee tu estrategia de moderación. El contenido calórico varía según la graduación alcohólica y el contenido de azúcar de cada bebida. Cuanto más alcohol o azúcar, más calorías.

Air fryer, ¿por qué no?

La air fryer se ha convertido en una gran aliada para la cocina saludable. Si te apetece servir algún aperitivo de textura crujiente o unas guarniciones que tradicionalmente se fríen (como patatas o croquetas), la freidora de aire te permite conseguir un resultado muy similar a la fritura pero utilizando apenas una cucharada de aceite o, incluso, ninguna.

• Úsala para “freír” aperitivos o para asar las verduras de tus guarniciones.
• Al sustituir la inmersión en aceite caliente por la circulación de aire, estás reduciendo el contenido graso del plato final hasta en un 70-80%, sin sacrificar la textura crujiente. Es la forma ideal de darnos un pequeño gusto sin sumar calorías excesivas.