CRÓNICAS DE AGORA E SEMPRE
José Feijóo e o “Gordo” do Alfonso XIII
ZONA VERDE
Verbena officinalis, conocida en gallego con los nombres de orxabán, herba da cruz, herba dos ensalmos, herba dos lebrosos, verbena o verxeban y en castellano con el de curalotodo, hierba de Santa Isabel, hierba sagrada, verbena, verbena común o verbena de San Juan, es una planta herbácea perenne, poco vistosa y sin aroma, perteneciente a la familia de las Verbenáceas, originaria del sureste europeo y difundida en muchas regiones del mundo. Está presente en todo el territorio de Galicia.
Desde la antigüedad fue usada en rituales para alejar espíritus malignos
Etimológicamente su nombre genérico verbena deriva del latín y fue usado ya por Plinio el Viejo en su Historia Naturalis, escrita en el siglo I, para designar la planta. El epíteto officinalis, derivado también del latín, significa “oficina” y hace referencia a su uso en farmacia.
Sus tallos, erectos, finos, algo leñosos en la base, y ramificados, sobre todo en la parte superior, son de sección cuadrangular y surcados longitudinalmente, con ángulos provistos de pelos cortos y rígidos; pueden alcanzar más del metro y medio de altura. Sus hojas, de color verde oscuro brillante, opuestas o verticiladas y muy divididas, son ásperas, de perfil ovalado o elíptico-lanceolado, irregularmente dentadas, con pelos glandulosos y patentes principalmente en los nervios de la parte inferior o envés. Las inferiores son pecioladas y las superiores casi sésiles, es decir, sin pedúnculo. Sus pequeñas flores se presentan en panículas o espigas largas y estrechas, axilares o terminales; son sésiles y con brácteas lanceoladas, ciliadas y ligeramente pubescentes, de menor tamaño que el cáliz. Éste es tubular y está formado por cuatro sépalos soldados de color verde, a veces púrpura en al ápice, abriéndose en cinco pequeños dientes triangulares. La corola, de forma tubular, es más larga que el cáliz y de color rosa violáceo, blanquecina o azulada; tiene dos labios: el superior presenta dos lóbulos y el inferior es mayor que el superior y presenta tres lóbulos desiguales. Su fruto, seco, es una nuez ovoidea, que se divide en cuatro núculas estriadas de color pardo rojizo y contiene cuatro semillas, a través de las cuales se propaga, aunque también pude hacerlo por vía vegetativa. Es una especie hermafrodita, es decir, que tiene órganos masculinos y femeninos, y es polinizada por abejas, mariposas y otros insectos. Florece desde finales de la primavera hasta el otoño, creciendo en bordes de caminos, campos de cultivo abandonados, herbazales, taludes y escombreras, en terrenos nitrogenados y con cierto grado de humedad.
Desde la antigüedad fue usada en rituales para alejar espíritus malignos, de ahí su nombre de “hierba sagrada” o, en gallego, herba dos ensalmos. También para realizar hechizos, especialmente amorosos. Suele formar parte de las tradicionales “herbas de San Xoán”. Se trata de una planta medicinal con muchas virtudes. En la medicina tradicional se ha usado la planta entera desecada, especialmente su flor. Su cocimiento, de sabor amargo, se empleó como diurética, astringente, antiinflamatoria, antireumática, anticatarral y expectorante. Con ella se preparaban gargarismos. Estimula, además, el sistema nervioso parasimpático y tiene propiedades sedantes, por lo cual ha sido empleada para combatir el insomnio, la ansiedad y las migrañas y jaquecas. Troceando la planta fresca y cociéndola en vinagre, hasta que éste se evapore, se puede aplicar a modo de cataplasma caliente envuelta en una gasa durante toda la noche en la zona afectada, contra la artritis, la ciática y neuralgias. También en casos de celulitis. Un vasito de “vino de verbena”, obtenido de macerar la planta troceada en vino blanco, actúa como estimulante y digestivo. La presencia de Verbena officinalis en los elencos de las boticas monacales gallegas constituye un testimonio claro de la extensión e importancia que la medicina natural tenía en Galicia. Los monjes benedictinos la usaban como medicamento depurativo de la sangre y contra los malestares del hígado, bazo y riñones. Asimismo era bien conocida por los peregrinos a Compostela, los cuales, en caso de necesidad, cocían durante media hora hojas, raíces y flores frescas de la planta en agua y después de dejar enfriar lavaban con ese agua heridas y llagas. Parece ser que tiene, asimismo, efectos neuroprotectores frente al Alzheimer.
El uso inadecuado de los extractos de esta planta puede provocar la disminución de la actividad de la glándula tiroides, bloqueando la acción de determinadas hormonas. Deben usarlo con estricto control médico las embarazadas y las personas con tensión baja. En grandes cantidades puede provocar vómitos.
Sus hojas, comestibles, pueden ser utilizadas frescas para mezclar con otras hierbas en ensalada.
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