La importancia de la conexión a internet por fibra óptica: diferencias frente al satélite, el 5G y el viejo ADSL

Cuando se habla de acceso a internet, a menudo se da por hecho que todas las conexiones ofrecen un servicio similar. Sin embargo, existen distintas tecnologías, cada una con características propias que influyen en la velocidad, la estabilidad y el tipo de uso que permiten. Conocer estas diferencias ayuda a entender por qué la experiencia de conexión no es la misma en todos los territorios, y el rural ourensano lo sufre de primera mano.

Fibra óptica

La fibra óptica transmite la información mediante pulsos de luz a través de cables de vidrio o plástico. En los despliegues más habituales, conocidos como FTTH (Fiber To The Home), la fibra llega directamente hasta la vivienda.

Este tipo de conexión se caracteriza por ofrecer velocidades elevadas y constantes, ya que la señal no se degrada con la distancia dentro de los márgenes habituales de una red doméstica. Permite conexiones simétricas, con capacidades similares de subida y bajada, y presenta niveles de latencia reducidos, lo que se traduce en tiempos de respuesta cortos. Además, la infraestructura admite incrementos de capacidad sin necesidad de sustituir el cableado existente.

Conexiones por radio, 4G y 5G fijo

Las conexiones por radio o mediante redes móviles fijas utilizan enlaces inalámbricos entre una antena y el punto de acceso del usuario. La calidad del servicio depende de factores como la distancia a la antena, la visibilidad directa, la orografía y el número de usuarios conectados simultáneamente.

Estas tecnologías pueden ofrecer velocidades variables y, en determinados momentos, verse afectadas por saturación de la red. La velocidad de subida suele ser inferior a la de bajada y la latencia es generalmente más alta que en las redes cableadas. Son soluciones extendidas en áreas donde el despliegue de cable resulta complejo o costoso.

Internet por satélite

El internet por satélite conecta al usuario mediante una antena que se comunica con satélites en órbita. Su principal característica es la cobertura geográfica, ya que puede prestar servicio en cualquier punto del territorio sin necesidad de infraestructura terrestre cercana.

A cambio, presenta mayores tiempos de latencia, derivados de la distancia que recorre la señal, y una mayor exposición a microcortes o variaciones de calidad. El rendimiento puede verse influido por condiciones atmosféricas y por la congestión de la red satelital. Es una opción habitual en zonas muy aisladas donde no llegan otras tecnologías.

El ADSL y las redes de cobre

El ADSL utilizaba el cable de cobre de la red telefónica para transmitir datos. Su funcionamiento estaba condicionado por la distancia a la central telefónica, lo que implicaba pérdidas progresivas de velocidad cuanto más alejado se encontraba el usuario.

Estas conexiones ofrecían velocidades más limitadas y, en la mayoría de los casos, no eran simétricas. Con el cierre progresivo de las centrales de cobre, esta tecnología ha dejado de estar disponible en muchas zonas, siendo sustituida por otras alternativas.

Diferencias clave entre tecnologías

Las principales diferencias entre las distintas formas de acceso a internet se encuentran en la velocidad máxima alcanzable, la estabilidad del servicio, la latencia y la dependencia de factores externos como la distancia, el terreno o las condiciones ambientales. Mientras unas tecnologías dependen de infraestructuras físicas hasta el hogar, otras se basan en enlaces inalámbricos o satelitales que introducen variables adicionales.

Comprender la conectividad más allá de la cobertura

Hablar de cobertura no implica necesariamente hablar de calidad homogénea. Cada tecnología responde a unas condiciones técnicas concretas y ofrece una experiencia distinta. Entender estas diferencias permite interpretar mejor los mapas de conectividad y los datos oficiales, así como las limitaciones y posibilidades reales de acceso a internet en cada territorio.