tranquilo

En los soportales de la Casa Consistorial, la pasada semana, en una sesión fotográfica para su última entrevista por ahora, en La Región. (Foto: X. FARIÑAS)
Francisco Rodríguez sólo quiso ser alcalde de su ciudad, y lo consiguió, pero hasta esa legítima aspiración puede estar teñida de dolor, como se ha demostrado. Esta es la semblanza de Paco de Palmés, el hombre tranquilo.

La historia del hombre tranquilo

Yago Blanco García
El joven ourensano prefiere la calma de la doma a la agitación de las carreras de caballos

Yago, el jinete tranquilo