Unas nefastas comunicaciones penalizan el desarrollo de Valdeorras

Sin vías de alta capacidad ni acceso al AVE, el pulmón económico de la provincia de Ourense se asfixia

I. CRUZ / J. M. CRUZ

Publicado: 12 may 2024 - 06:25 Actualizado: 12 may 2024 - 14:19

Carreteras de Valdeorras.
Carreteras de Valdeorras.

El valle valdeorrés fue la puerta de entrada de Galicia en la antigüedad. Lo fue hasta hace bien poco, de hecho. Sin embargo, las comunicaciones de la tercera comarca ourensana más poblada y segunda en producto interior bruto (PIB) viven ahora en otra época. Los proyectos para renovar los accesos a Valdeorras están paralizados o avanzan a bajo ritmo, cronificando un aislamiento que perjudica al oriente ourensano y su relación con el resto de la provincia y la comunidad.

El proyecto congelado por excelencia es de la autovía A-76 entre Ourense y Ponferrada. Su estudio informativo se aprobó provisionalmente en 2008 con la aspiración de jubilar la obsoleta N-120. Después de 16 años, no se ha movido un solo metro cúbico de tierra. El Gobierno prioriza los tres tramos entre O Barco y la A-6, pero los proyectos aún están en redacción y el único que sí está listo, Requejo-Villamartín de la Abadía (El Bierzo), tiene las obras pendientes de licitación.

El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), Óscar Puente, llegó a anunciar que la ejecución de este primer tramo se sacaría a concurso este año. Sin embargo, el Gobierno central respondió recientemente que la licitación llegará “tan pronto como sea posible”, sin concretar fecha alguna, a una pregunta formulada por senadores gallegos del PP. Hace más de un año, el entonces secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, había comprometido este trámite para 2023.

Carreteras de la comarca de Valdeorras
Carreteras de la comarca de Valdeorras

Carreteras obsoletas

Mientras la A-76 descansa en los cajones del ministerio, el estado de las carreteras convencionales se agrava con el paso de los años. Es el caso de la principal arteria de la comarca, la N-120. Su trazado actual data de la época franquista, cuando se aprobó el Plan de Accesos a Galicia. Las obras no concluyeron hasta 1993.

La única mejora planificada de alcance es la construcción de un tercer carril entre Ourense y Os Peares, obras que permanecen sin licitar. También están pendientes el acceso a A Rúa a la altura de Vilela, comprometido hace trece años y que aún carece de fecha; o el de Vilamartín, cuyo objetivo es suprimir un peligroso cruce.

Otro gran problema es el estado del firme, plagado por baches que han llegado a causar accidentes múltiples. El más grave sucedió el 1 de enero de 2023, cuando quince coches cayeron en un socavón que reventó sus ruedas. En muchos tramos, la pintura y los reflectantes se desvanecen de noche, añadiendo un riesgo a la conducción que los colectivos profesionales han criticado en varias ocasiones.

Carretera del siglo XIX

A las deficiencias de la N-120 hay que añadir las de la N536, entre O Barco y Sobradelo (Carballeda), por la que circulan tráileres cargados de pizarra. Son 6,6 kilómetros de un vial estrecho y plagado de curvas. Hasta 43 pueden contarse en este tramo. El trazado actual apenas varía del originario, datado en 1874.

Todo esto se agrava con el paso de los camiones que trabajan en la circunvalación de O Barco, una obra que avanza muy lentamente, incumpliendo todos los plazos anunciados por Madrid. Los trabajos para tender sus 5,6 kilómetros de longitud arrancaron en septiembre de 2019 con un plazo de ejecución de 36 meses y un presupuesto de 47 millones de euros. Desde entonces transcurrieron 55 meses. El coste se encareció provisionalmente casi siete millones y podría incrementarse en otros seis más.

El AVE y Trives, a desmano

Si las comunicaciones son deficientes al este y al oeste, también lo son al sur, hacia la estación del AVE de A Gudiña. Entre esta localidad y Viana do Bolo se interpone un difícil tramo de 15 kilómetros de la carretera autonómica OU533. En este segmento apenas se puede adelantar y se registra un número significativo de accidentes. En febrero, la Xunta inició la redacción de un proyecto para acondicionar el tramo, labores para las que se estima una inversión superior a los 15 millones de euros.

Otra asignatura pendiente es la conexión con la Ribeira Sacra y la ciudad por Terras de Trives. La proximidad -es una comarca contigua- no se corresponde con la odisea al volante que hay que sufrir por la decimonónica -literalmente- carretera OU636.

El socialista Emilio Pérez Touriño, que presidió la Xunta entre 2005 y 2009, llegó a comprometer un enlace de 7 kilómetros de longitud a las N120 y A76 con una inversión estimada de 26 millones de euros. Sin embargo, los años pasaron y esa propuesta nunca llegó a cuajar.

Acceso a San Vicente

Otra infraestructura, esta bajo la titularidad de la Diputación, es la OU0807, más conocida como el acceso a San Vicente (Vilamartín de Valdeorras). El trazado discurre sobre una ladera que comenzó a hundirse en 1993. Fue cerrada al tráfico definitivamente en mayo de 2022.

Los vecinos consideran imprescindible el relleno de la vaguada existente para aumentar la estabilidad del vial. La Diputación presupuestó esta actuación en 13 millones de euros, aunque el Concello asegura que se podría acometer con solo 4 millones. Un trazado alternativo que sopesan los técnicos de la institución provincial rebajaría el arreglo a 500.000 euros.

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