Las miserias de la N-120 se agigantan en Ourense durante el invierno

Los usuarios ourensanos de la N-120, hartos de su abandono: “Tienen que intervenir ya”

El viaje entre Valdeorras y la capital provincial, donde se debe acudir a trámites o citas médicas, exige recorrer la carretera N-120. Es una infraestructura en el olvido, especialmente en los tramos que atraviesan la provincia de Lugo. Los usuarios habituales de la N-120 claman contra el abandono que sufre: a la omnipresencia de los baches, ahora se suma la pérdida de reflectancia de las marcas viales, lo que convierte cada curva en una incógnita en condiciones de baja visibilidad.

El trayecto entre el Hospital Público de Valdeorras y el CHUO supone alrededor de hora y media en coche. En algunos casos, el reloj pesa. “A nosotros nos somete a muchísimo estrés”, lamenta un conductor de las ambulancias que deben cubrir la ruta habitualmente: “Es hora y pico de conducción en urgencia. Cuando está lloviendo o cuando hay niebla perdemos la referencia de la carretera, lo que hace que sea muy peligroso”.

Los baches que salpican el firme se transforman en trampas cuando el asfalto está mojado. “Cuando llueve acumulan agua, no drena y se producen situaciones de aquaplaning, lo que hace que retrasemos el transporte del paciente, que vaya más incómodo…”, explica el chófer, que alerta sobre el riesgo que supone para los pacientes tiempodependientes: “Tenemos mucho retraso en invierno por el estado de la vía”.

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Estado de la N-120

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​ Estado de la N-120 ​

El aislamiento no es un problema nuevo para la comarca oriental, que lleva décadas arrastrando el lastre de las comunicaciones deficientes. “Somos una isla. Que se caigan los túneles de Ponferrada, que se caiga la N-120 y nos quedamos aquí. A lo mejor es más viable que nos pongan un aeropuerto”, ironiza Araceli Fernández, presidenta de la Asociación Empresarial de Valdeorras, que carga contra el incumplimiento de promesas: “Estamos cansados”, asevera. “Esto sigue empeorando, se habla mucho, se dice, se promete… pero nunca se hace nada”.

La problemática socava la competitividad económica de la comarca más pujante de Ourense, solo por detrás del área metropolitana. “Para que una empresa quiera invertir aquí, una de las cosas que evalúa son las infraestructuras”, explica antes de apuntar a los costes del transporte. Fernández es tajante ante el abandono de la N-120: “Tienen que intervenir ya”.

Precisamente, los transportistas son uno de los colectivos que se ven obligados a transitar por la N-120. “El problema más grande es la pintura”, comenta Javier Adolfo González, presidente de la Asociación Empresarial de Transporte de Mercancías por carretera de Galicia (Apetamcor). El mal estado no solo afecta a los tramos entre Valdeorras y la ciudad, sino también a la vital conexión con El Bierzo, comarca con la que mantiene un estrecho vínculo. “Por el alto de Biobra, estos días que hubo niebla, es penoso. No sabes ni por dónde vas”, lamenta González.

La alternativa a la N-120 es la A-76, la autovía planificada entre Ourense y Ponferrada. No se ha construido un solo kilómetro. Supondría “más rapidez y más seguridad”, observa el presidente de Apetamcor, aunque es pesimista sobre la jubilación de la N-120: “Yo creo que le queda mucha vida”.

El tipo de asfalto

El teniente jefe del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense, Juan Carlos Nogueiras, daba una explicación a la falta de visibilidad en una reciente conversación con este diario. “No son lo mismo las construcciones en zonas de España donde hay mucha humedad, mucha lluvia, mucha escarcha”, detallaba: “La densidad del asfalto, del grano que se utiliza y de los guijarros es distinta al sur de España. Aquí las carreteras son muy oscuras, la señalización necesita un constante mantenimiento”.

Este intenso mantenimiento brilla por su ausencia en determinados tramos de la N-120. “No se ve nada. Con la niebla no se ve prácticamente nada”, reitera Fernando Vila, de Autocares Sánchez, la empresa que opera el transporte público por autobús entre O Barco y Ourense. Es habitual encontrarse bancos de niebla en el valle de Lemos. Las miserias del firme son otro de los quebraderos de cabeza para los conductores: “Los autobuses sufren bastante por el mal estado de la calzada. La carretera es malísima, muy problemática y con mucho peligro”.

Cada poco tiempo, cuenta Vila, hay que cambiar “ruedas, amortiguadores, manguetas…”, mientras que la escasez de carriles de adelantamiento penaliza los tiempos de viaje: “Hay gente que va a 50 km/h por donde se puede ir a 80 o 90. El resto tienen que ir detrás”. Alguno se pone nervioso y crea situaciones de riesgo, según dice. “Hay quien adelanta por línea continua, se ponen locos y eso es un peligro”.

Estado de la N-120
Estado de la N-120

Tramo conflictivo

Solucionar la falta de carriles para adelantar vehículos lentos es acuciante en el tramo entre Ourense y Os Peares. Son 18 kilómetros de línea continua en dirección Ponferrada. En el sentido inverso, la prohibición de adelantamientos comienza en el alto da Guítara, por lo que la distancia asciende hasta 28 kilómetros. Hace casi un año, el Gobierno central aprobó provisionalmente el proyecto de un tercer carril a lo largo de 15 kilómetros desde la ciudad hasta la desembocadura del Sil. En marzo, el Ministerio de Transportes fechó la licitación de las obras antes del fin de 2023. La promesa se incumplió.

Este tramo entre Ourense y Os Peares es muy frecuentado por ciclistas. “Desde el colectivo intentamos que la gente no vaya por ahí. Tiene su peligrosidad, pero se sigue utilizando porque es muy llano”, manifiesta Carlos Moure, presidente de la Fundación ADO Moure Pro Deporte. Recuerda que, en su momento, se barajó la posibilidad de añadir un carril bici. “Si le hacen tres carriles, muchísimo mejor que ahora, claro”, valora sugiriendo la posibilidad de rescatar aquella idea: “En invierno hace mucho sol, es una buena carretera para ir en bicicleta”. En todo caso, “estaría bien que hicieran la autovía de una vez y que todo el tráfico hacia Ponferrada fuera por allí”, apostilla.

Estado de la N-120
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Falta de mantenimiento

El Gobierno prioriza la construcción de los tramos de la A-76 entre O Barco y la Autovía del Noroeste, en El Bierzo. La promesa de licitar las obras del primer tramo en 2023 también se quedó en papel mojado. Apenas se sabe nada del estado de los tramos entre Valdeorras y la ciudad, ahogados en trámites.

Mientras la solución definitiva a la N-120 siga estancada, solo queda reparar la actual carretera. En noviembre, el Ejecutivo central afirmó en el Congreso que los tramos entre la ciudad y la provincia de Lugo están “en correcto estado”. Sobre la reforma del firme en la provincia de Lugo, el proyecto estaba “en redacción”, tal y como aseguraban en una respuesta al Grupo Popular del Congreso. En Valdeorras se llevaron a cabo obras de rehabilitación en algunas zonas durante 2022, y entre A Pobra do Brollón y Os Peares, el Ministerio invirtió solo 300.000 euros.

“El arreglo de la N-120 es lo que nos daban a falta de avances en la A-76”, lamenta Araceli Fernández, algo que “ni siquiera” se materializa. La empresaria apela a abandonar la visión política cortoplacista: “Se necesita fijar población, y para eso se necesita actividad económica, que depende de las infraestructuras. Tanto que se le llena la boca a todo el mundo con la sostenibilidad… Eso también es la distribución de la población, que no se concentre en las ciudades. Para eso tienen que invertir a largo plazo”.

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Estado de la N-120
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