El COB sueña con el play off a la ACB (95-84)

Pudo ser el último partido de la temporada en el Pazo. O no. La decimocuarta victoria del COB en la temporada mantiene viva la posibilidad de clasificación del equipo de Moncho López en una carísima fase de ascenso a la ACB. Victoria contundente, contra un rival que juega peligrosamente con el descenso: un irregular Valladolid, en 10 minutos incluso competitivo, en 30 dejándose llevar por la corriente cobista.

Porque el COB vuelve a ser el COB. El de la primera parte de la liga. El que equilibra ataque y defensa e integra buenas individualidades entre el colectivo. El que por momentos se mueve de forma orquestal, dirigido desde el banquillo por Moncho Von Karajan.

El último en incorporarse a la filarmónica fue el sueco Charles Barton. Violinista de rictus tranquilo, virtuoso del tiro de larga distancia, con maña para el pase y la penetración. Desde el club apuntaron en su presentación que “puede subir el balón y actuar por momentos de base”, si bien debería matizarse que la sube, básicamente, para zumbársela una vez alcanzado el campo de ataque.

Quizá por ello, también por su mayor experiencia en el equipo, fue Rafa Lisboa el más adecuado para encontrar el ritmo idóneo, distribuir el balón y hacérselo llegar al más indicado: Sergio Rodríguez al poste bajo, Gill bajo el aro o Brito donde la pida. En cuanto a Krikke, su radio de acción parece ampliarse a la línea de tres. Ayer 3 de 4 en triples.

Con Lisboa en el cinco inicial, el COB encauzó el partido desde el comienzo: 10-0 de parcial en dos minutos. La salida de Barton planteó varias dudas, sumadas a un mayor empuje visitante y a una serie de faltas difícilmente explicables en un clínic, permitieron al Valladolid terminar el primer cuarto por delante: 22-23.

Arreón tras arreón

Fue un pequeño manantial para el Pisuerga. A partir del segundo período, con Lisboa al mando, el COB asentó el muro y cortó el grifo. Gill comenzó a dominar la zona, Mendikote a ganar yardas derribando bolos a su paso y Krikke a anotar desde todas partes, bien complementados por Sergio Rodríguez. La ventaja alcanzó los 14 puntos (48-34 en el minuto 18). Ni defendiendo en zona, ni en individual: el Valladolid pareció impotente. Manchón y Mike Torres quedaron solos ante el peligro.

La segunda parte fue un levantamiento de acta. El COB dominó con ventajas entre los 7 y los 17 puntos, permitiendo a todos sus integrantes disfrutar en el Pazo, incluido el joven Rodrigo González y casi excluyendo a un Samu Rodríguez sin minutos.

El Valladolid dio la sensación de aceptar la derrota y jugárselo todo a un partido de infarto contra el Menorca en la última jornada. Una apuesta a la ruleta rusa, quizá consecuencia de una temporada demasiado irregular.

El COB aprovechó para rodar un poco más a Barton, mucho mejor en la segunda parte, y confirmar la recuperación del estilo con el que fueron la agradable sorpresa de la liga en la primera vuelta. Con un equipo implicado, sacrificado en defensa, ambicioso al rebote ofensivo y generoso en ataque. Uña y carne con la grada.

La mejor filosofía y actitud para afrontar una última y apretadísima jornada. El COB visitará las tantas veces inexpugnable cancha de San Sebastián, sin nada que perder y muchísimo que ganar, contra un Guipúzcoa que se juega también clasificación y un buen puesto en la fase de ascenso.

Los de Moncho López estarán atentos a lo que haga el Tizona en el partido que cierra esta jornada y, dependiendo de ello, sabrán si el viernes tienen que ganar por un punto o por ocho, pero dependiendo de sí mismos.

Pase lo que pase, al menos el COB dejó al Pazo con un buen sabor de boca. Quizá también con la miel en los labios, pero siempre satisfechos. La permanencia es todo un éxito.