El COB, un líder que asusta en un Pazo entregado

LÍDERES

El equipo confirma que tiene nivel para consolidarse en la zona alta y su afición que se está cocinando algo gordo

Romaro Gill igual te clava un mate de foto como te saca el retrato para presumir con los amigos.
Romaro Gill igual te clava un mate de foto como te saca el retrato para presumir con los amigos.

El invento este del Halloween ha venido para quedarse. Ya no hay marcha atrás. Para otros, el tradicional Samaín, aunque los que ya tenemos bastantes años y poco pelo no tenemos recuerdos de ello, pero bueno. Como todo lo que sacan los americanos y que tenga que ver con la fiesta y el gasto, no falla. Funciona y se convierte en fecha marcada de la noche a la mañana. Como lo es Papá Noel, para ellos Santa Claus, o más recientemente el Black Friday. Habrá que ir tomando nota del Día de Acción de Gracias. Lo del de la Independencia digo yo que ya no.

Ellos son los que saben como hacer funcionar la máquina. Y en baloncesto, igual. Por algo lo inventaron. Dale al botón de correr, juega intenso, métele ritmo y si le añades mates y tapones nada puede fallar. Y luego el ingrediente clave y universal: gana. Si lo haces además una y otra vez la ola es imparable.

Este COB, como el Halloween, también ha venido para quedarse. No se puede pronosticar el grado de impacto que tendrá, pero que nadie dude que está empezando.

En un fin de semana en el que muchos ourensanos cogieron el coche, tras una derrota y con el colista como rival, el ambiente en el Pazo fue espectacular. Los 3.500 ya son una base consolidada y ahora toca saber cómo de rápido sigue subiendo y hasta dónde cuando los rivales llenen el cartel por sí solos. Los que están además lo hacen implicados. Pocas pipas deben de venderse en un Pazo que anima y se implica cuando hace falta y disfruta cuando la victoria está asegurada. Otra vez su equipo la certificó con muchos minutos de antelación y de la silla no se movió nadie. El mejor síntoma. Este COB ilusiona a los suyos y asusta a los rivales. Había la duda de si lo de Gipuzkoa era para preocuparse o una mala tarde y quedó claro que era lo segundo.

La quinta victoria fue otra vez por aplastamiento y con el mismo baloncesto atrevido y espectacular que engancha y ya es seña de identidad. Para unos, rienda suelta a la ilusión. Para otros, un paso más para acercarse al objetivo de la permanencia. Para todos ellos, se mire por dónde se mire, el líder de la liga. Sin más.

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