Los números avalan a este COB

El entrenador de COB, Moncho López, tildaba ayer en las páginas de La Región de “muy buena” la temporada que está haciendo su equipo. En la entrevista, el técnico analizaba los motivos de los últimos malos resultados e insistía en que la clave es “analizar qué hemos hecho mal y qué seguimos haciendo bien”. El baloncesto es uno de los deportes en los que más importancia tienen los datos, y las estadísticas le dan la razón a Moncho López. El equipo de esta campaña hace muchas cosas bien.

El club regresó a la LEB Oro hace tres temporadas y, en la comparativa, el COB actual no admite dudas, es superior en prácticamente todas las parcelas del juego. Para encontrar un COB capaz de discutir los datos del actual hay que ir al mejor, al que logró ascender a la Liga ACB en 2015, e incluso a ese, el actual lo tutea en muchos de los aspectos y en otros lo supera.

El principal argumento del juego cobista, con el que ha conseguido asentarse en la zona alta de la clasificación es el ritmo de juego. El COB de Moncho López promedia casi 102 posesiones por partido dentro de una competición que claramente ha subido su nivel, algo que se confirma en todos los aspectos estadísticos respecto a campañas anteriores. Félix Alonso dirigía a un COB que acabó la temporada pasada con 96 posesiones por partido y en la anterior liga, que comenzó con Guillermo Arenas y que tuvo a Iria Uxía Romarís como entrenadora en dos partidos, con 94,8. El COB del ascenso se queda en 90,4.

Sin embargo, con Gonzalo García de Vitoria en el banquillo, aquel equipo inolvidable, el de los Rivero, Arco, Suka-Umu, Díaz, Rejón, Fieler y compañía, era mejor que los tres últimos en el aprovechamiento de las posesiones, consiguiendo 1,03 puntos por posesión jugada. Esta temporada el COB promedia 0,96. Mejora a los dos anteriores, que calcan los datos y se quedan en 0,89.

Es aquel el único COB capaz de superar al actual en varios aspectos más del juego. El de la temporada 2014/2015 tiraba mejor de dos (58,2 por ciento de acierto por 54) y también de tres (39,5 por 34,6), controlaba mejor el rebote defensivo, aunque con cifras casi idénticas, (23,7 por 23,6), recuperaba más balones (7,9 por 6,2) y cometía menos pérdidas de balón (12,2 por 13,4).

El nivel del COB actual tiene en la clasificación que ocupa su mejor argumento, pero la comparativa con aquel del ascenso quizá ayude también a valorarlo. Mejora al equipo del ascenso en el tiro libre (72,9 por ciento de acierto por 68,7), también es muy superior en el rebote (34 por partido por 30,4) y especialmente en el ofensivo (10,4 por 6,6). También comparte mejor el balón y reparte más asistencias (18,2 por 11,1), intimida más, logrando más tapones (2,9 por 1,4) y recibe más falta de los rivales (21,2 por 19,9). Mejor al COB del ascenso son palabras mayores y en la comparativa con los último COB en la liga la distancia todavía es mayor. La estadística avanzada solo da protagonismo al COB de la temporada 2022/2023 en el tiro de tres lanzados y en el número de triples conseguidos en cada partido (9,3 por 9,2 del actual y 9,1 del equipo del ascenso). El equipo de la temporada pasada no se impone en la comparativa con los otros tres en ningún apartado.

El mayor lunar de este COB hay que buscarlo en la defensa. Encaja 83,33 puntos por partido, empeorando los más de 79 que encajaban los dos anteriores y los espectaculares 67,75 que recibía en el año del ascenso.