Opinión

'ESPAÑA INTELIGIBLE' DE JULIÁN MARÍAS

Resulta interesante releer estos días las páginas serenas del libro 'España inteligible', del maestro Julián Marías. En ellas se describe como indica el subtítulo 'La razón histórica de las Españas', la gestación de esta realidad de convivencia humana, compleja y plural, que se ha desarrollado a lo largo de los siglos, con el concurso de la razón y la libertad de hombres y mujeres unidos por un ideal compartido, por un deseo de corresponder a las nuevas circunstancias, custodiando el patrimonio espiritual, cultural y económico que iban creando.


Digamos, en primer lugar, que Julián Marías no piensa que exista un código genético de las naciones o que su destino se halle descrito en las estrellas. Tampoco contempla el curso de la historia como los deterministas, para quienes la historia tiene unas leyes inmutables por las cuales se rige de una manera inflexible. Descubre,por el contrario nuestro autor en la trama de los hechos la traza de una razón, la prosecución de un ideal, el contenido de una misión, que se dibuja lentamente en la conciencia de las gentes no sin choques y contradicciones numerosas.


Para ilustrar sus tesis, Marías se remonta a los Reyes Católicos. Sostiene nuestro autor (con buenas razones que aquí no podemos reproducir) que el matrimonio de Isabel y Fernando fue mucho más que una de tantas uniones dinásticas tan frecuentes en los reinos europeos de la época. Fue, por el contrario, la puesta en práctica de una radical innovación política, que por un lado recogía el eco de la España 'perdida' tras el cataclismo que supuso la invasión musulmana y, por otro, la mirada al futuro, proyectaba (por primera vez en Europa, afirma Marías), una nación en el sentido moderno del término. No había ni solución castellana ni solución aragonesa para la decadencia imparable de aquellos reinos. Se abría paso una incorporación creadora, la solución española. Con ella nace una nueva forma de verse, una nueva sociedad, un nuevo sentirse del nosotros. Como diría A. Lebrija: 'Los miembros y pedazos de España por muchas partes derramados, se redujeron y ajuntaron en un cuerpo y unidad de reino'.


La génesis de este organismo vivo, de esta unidad de personas y pueblos, ha atravesado momentos de esplendor y decadencia, ha adoptado multitud de formas y ha acometido empresas muy diversas. En esta larga singladura, no han faltado fracasos y zozobras, pero la conciencia de que vivir juntos era un gran bien no abandonó durante siglos a los españoles de todo origen y condición.


Es verdad que la vida de las naciones como la de las personas no es una foto fija, ni responde a un mapa prefijado. Es fruto de la razón y de la libertad de sus gentes, para afrontar circunstancias siempre nuevas, generalmente impredecibles. Por todo ello, a la luz de nuestra historia cabe hacerse la pregunta ante los desafíos de la encrucijada actual: ¿Existe una solución gallega, catalana, vasca o castellana? Los pensadores más ilustrados, los sociólogos de criterio propio, los economistas y el sentido común dicen que no. No obstante, no basta la mera constatación racional, hace falta gente viva, pensadores influyentes y políticos con altura de miras, que quieran recrear de nuevo el ideal compartido, la mejor vida que genera el caminar juntos. La historia no está escrita y los humanos somos capaces de lo mejor y de lo peor'. Ojalá que crezca ese sujeto comunitario, capaz de tejer una historia compartida, ojalá no prevalezca el vértigo y la amargura como clamaría.

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