Opinión

El cómo no le importa a nadie

Ayer seguíamos en directo la carrera de un ourensano que se quedó a unas cuantas paladas de los Juegos de Río. Esa es la barrera mínima que separa la élite del deporte terrenal. Gabriel Campo Pavón se quedó a cinco segundos de entrar en la historia del deporte de esta provincia. De una portada a la página 40.

La ACB es un lujo para Ourense. Un lujo asumible y además rentable. Sin competencia. No puede estar en las giras mundiales de los mejores grupos musicales, ni tener un festival de cine al máximo nivel internacional o presumir de una pasarela de moda con los diseñadores top. La ACB no solo la tiene a su alcance, es que además le corresponde. Y con ella ingresará más del triple de lo que invierta. Tendrá retorno, aportará publicidad y multiplicará de forma inmediata el deporte de base. Todo eso lo saben en el concello y lo reconocen, pero esquivan su responsabilidad en la toma de decisiones.

Y eso es lo que no se puede explicar en la calle. Porque en situaciones como estas la gente no quiere saber cómo se solucionan, eso no les importa. Quieren soluciones. Porque las fotos en la grada, en el palco o cuando el COB y sus aficionados estén en Madrid o en Barcelona tendrán lógica porque ahora han estado a la altura. En un deporte de gigantes Ourense tiene la posibilidad de ser tanto como cualquiera y para eso solo hace falta que quienes rigen la ciudad respondan como su ciudad ha pedido.

Porque ahora ya no hay ACB a la que atacar ni fantasmas que espantar. Esta pelota está en nuestro tejado y no hay a quién pasársela. Si fuese sencillo y sin repercusión lo haría cualquiera pero alcalde solo hay uno.

La ciudad respondió llenando el Pazo pasando por la taquilla y lo hará sacando su abono. Ahora toca responderle a ella.

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