Opinión

Nuevo ciclo en Portugal

Tras una reñida campaña, los socialistas portugueses han elegido en primarias a un nuevo líder que concurrirá en las legislativas para recuperar el gobierno de la nación que perdió José Sócrates en favor de la derecha del PSD, con Passos Coelho. El alcalde de Lisboa, Antonio Costa, contundente, ha vencido al hasta ahora secretario general y portavoz socialista en la Asamblea, Antonio José Seguro. (65% frente a un 34%). Sólo el distrito de Guarda votó por el hasta ayer líder.

Seguro (11-3-62), que renunció la misma noche de las primarias, era el secretario general y líder desde el 24 de julio de 2011, en unas elecciones también muy claras frente a Francisco de Asís. Ha sido diputado en San Bento y en la UE y ministro auxiliar de la mano de Antonio Guterres. Antonio Costa (Goa 17-7-61) es un socialista que prácticamente ha pasado y representado a su partido en muy diversos cargos tanto en Europa como en Portugal, donde ha llegado a ser ministro de Interior, de Estado, de Justicia, Asuntos Parlamentarios y secretario de Estado. Es alcalde de Lisboa desde 2007 y vicepresidente para la Península Ibérica de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI). Era ministro del Interior cuando optó a candidato a las elecciones municipales de Lisboa, saliendo vencedor con el 29,5% de los votos, y fue reelegido en 2009 con mayoría absoluta.

Pretende ahora llegar a primer ministro dando el salto, como bien decía en su comentario semanal Marcelo Rebelo de Sousa, del mito a la realidad, para lo cual va a necesitar un buen paraguas a la hora de lidiar la difícil política portuguesa. Porque el país dista mucho de ser una balsa de aceite después de la denostada troika y las medidas que en la interminable crisis han ido quemando, en primer lugar, a Passos Coelho y a su gobierno, en una época en la que los líderes son escasos y el pueblo (hay que tenerlo en cuenta) con tal de salir de la angustia en la que vive se decanta por lo que sea. Tremenda crisis en la que el caso del BES (Banco Espíritu Santo) es un exponente más del desbarajuste en el que se mueve el país. Desbarajuste e incertidumbre son la tónica que tampoco despeja el derechista Paulo Portas (PP-CDS), que apoya al gobierno pero que todos esperan su decisión sobre la coligación con su socio de gobierno para las legislativas.

Ante esta situación y teniendo en cuenta que las relaciones de Cavaco con Seguro eran inexistentes y que serán mejores con el nuevo secretario socialista, a Passos Coelho únicamente le queda una salida. Ésta es la del cambio de rumbo y una remodelación del gobierno en carteras clave, como son enseñanza, economía y sobre todo una nueva coordinación del gobierno. Un aire y una savia nueva que genere ilusión en un pueblo triste y desencantado. Es la única solución, pues de lo contrario el descalabro electoral en las próximas legislativas va a ser de órdago.

Portugal necesita un aire nuevo, ilusión renovada y lideres creíbles. Una nueva etapa con renovado estilo y caras nuevas. Pero lo grave es que los mimbres y los juncos para la confección del nuevo cesto son los que hay, que son muy escasos. Poco se puede hacer, pero de ese poco el pueblo está ansioso. Se avecinan elecciones legislativas y también para la presidencia de la República, después de los dos anodinos mandatos de Cavaco, y la clase política va tomando posiciones. Algo se está moviendo y esperemos que por bien del noble pueblo luso sea para mejor, aunque, dadas las circunstancias, siempre será poco. Bien decimos los gallegos que "en cabeza de año negro non vale gastar xabón".

Y en todo esto, esa nueva clase que nazca debe también infundir fe en Europa cuando ya algunos reclaman la salida y la vuelta al escudo después de la experiencia de la célebre troika y el rescate. Esa es otra.

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