Vecinos de A Rúa defienden el repique de sus campanas

La posibilidad de que los rueses dejen de oír el sonido de las campanas y relojes de las iglesias de Fontei y San Estebo llevó a casi 1.400 personas a firmar en busca de alguna medida de protección municipal al Concello. La recogida de rúbricas partió del consejo parroquial y el sacerdote Daniel Pérez Quintela, siendo realizada por un grupo de vecinos en menos de una semana, siguiendo el método de “puerta a puerta”. La población de A Rúa -4.223 habitantes en 2024, según el Instituto Nacional de Estadística- no hace sino confirmar el importante apoyo vecinal.

Las firmas fueron entregadas ayer en el registro municipal por el cura rues ante la posibilidad de que puedan acabar limitados los toques de campana o bien ser modificado su volumen ante la queja de un vecino.

“Ya se sea practicante o no, el reloj y las campanas forman parte de la esfera pública y hay personas que, a lo mejor, no pueden salir de casa, y no pudiendo ir a la iglesia les alegra el reloj. En mi opinión, la gente quiere que su reloj y sus campanas sigan informando y participando de la vida cotidiana”, comentó Daniel Pérez.

El sacerdote añadió que “a veces, las campanas transmiten tristeza, porque se perdió un ser querido, pero también alegría. Escuchar su repique cuando entra la imagen de la Virgen de Fátima es hermoso. A mí, las campanas me recuerdan que soy sacerdote. Pienso que el reloj no puede considerarse una emisión sonora más, como puede ser un camión, es tradición, comunión, comunidad, forma parte de la identidad de esta zona. Pedimos al Concello que, en la medida de sus posibilidades, proteja que el reloj y las campanas funcionen como hasta ahora”.

Ante el Consistorio de A Rúa, la posibilidad de que se modifique el sonido de campanas y reloj era valorada de forma “negativa totalmente” por Marisol Luis Gayoso. Tras firmar, esta vecina comentaba que “el día de Fátima se pone un altavoz debajo de mi casa y nunca nadie protestó. Hay que respetar”.

El concejal de Cultura de A Rúa, José Vicente Solarat, mostró su respaldo a la reivindicación vecinal. “Yo apoyo lo que piden. Como concejal de Cultura no tengo duda”, dijo, para seguidamente mostrar su disposición a buscar alguna forma de protección municipal. En un principio, parece descartada la aplicación de la Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, acordado para el toque manual de las campanas.

El sonido del reloj se desconecta a las 22,00 horas y vuelve a dar las horas, cuartos y medias a partir de las 8,00 horas. Tres veces al día suena el himno de Fátima en tanto que las campanas suenan para llamar a misa. Los firmantes temen que dejen de oírse como ocurrió recientemente en la iglesia ponferradina de San Ignacio por la denuncia de un vecino.