Los datos son el nuevo oro: “Ya han cambiado el mundo"

Cuando el minúsculo Leicester ganó por sorpresa la Premier League en 2016, hubo un grupo de personas que no se sorprendieron. Para ellos, lo ocurrido no había sido una hazaña inesperada, sino el resultado de un plan cuidadosamente diseñado: “Cuando miras atrás, resulta que tenían un equipo increíble de científicos de datos”, desvela Ricardo A. Queralt, profesor de métodos cuantitativos del Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF), en Madrid. “Encontraron jugadores muy buenos que pudieron comprar muy barato, y fueron capaces de predecir cuándo se iban a lesionar los jugadores, analizando los entrenamientos con GPS”, explica Queralt. No es, ni mucho menos, el único ejemplo que aporta el experto: junto a su compañero en CUNEF Juan Manuel López Zafra -ambos codirigen el Máster en Data Science para Finanzas y el Programa Ejecutivo de Data Science y Transformación Digital del centro- ha escrito el libro “Alquimia. Cómo los datos se están transformando en oro”. López Zafra y Queralt protagonizan el Foro La Región que se emite esta noche por streaming -a las 21,00 horas, a través de Telemiño y la web de La Región-, en el que desgranarán cómo los datos "han cambiado el día a día", en tiempo real, sin que apenas nos demos cuenta. La revolución de la tecnología de datos ha transformado ya la empresa, la salud o las finanzas, y -apuntan Queralt y López Zafra- nos transformará a nosotros. “Parece ciencia ficción, pero el hombre va a evolucionar hacia un nuevo homo algorithmus, nuestros cerebros conectados podrán realizar todos los cálculos que hacen las computadoras”, augura Queralt. Esta metamorfosis será a largo plazo: por el camino -dicen- los datos nos permitirán viajar en vehículos autónomos, predecir infartos y hasta “matar a la muerte”. Si esta perspectiva te sugiere dudas o preguntas, puedes hacérselas llegar a los ponentes al correo participa@laregion.net, por redes sociales o en el WhatsApp 638 861 981. Ricardo A. Queralt: “Usando datos podremos anticiparnos a los infartos" ¿Quién tiene mis datos? Desde que entras a cualquier app, estás dando permiso para muchas cosas, casi siempre sin querer. ¿Cuál es el negocio de WhatsApp, si lo usamos cada día sin pagar nada? En este caso, Facebook usa nuestros mensajes para obtener datos de nuestras características de consumo: en las últimas elecciones en USA, por ejemplo, vimos cómo muchos cazadores recibían mensajes personalizados a favor del uso de armas... a pesar de no haber compartido nada en redes sociales, porque es una práctica mal vista por el público. ¿Cómo es posible? Porque sí habían enviado fotos a sus amigos cazadores por WhatsApp. La verdad, causa impresión... Sí, pero piensa que el uso de los datos ha de ser anónimo: de ahí, por ejemplo la polémica entre Facebook y Cambridge Analítica. Piensa que el dato individual no tiene valor, lo que cuenta son los datos agregados. Con todo, propugnamos siempre un uso ético de los mismos. ¿En qué sentido? Por un lado está el respeto a la ley. En la Unión Europea, sin ir más lejos, tenemos la ley de protección de datos más estricta que hay, y nos defiende bastante bien de las malas prácticas. Cuando hablo de ética, no obstante, me refiero también al diseño de los modelos, porque según cómo recojamos los datos pueden aparecer sesgos racistas, o sexistas. Por otro lado, ¿los datos pueden mejorar el mundo? Un ejemplo claro es en el campo de la salud, los algoritmos son capaces ya de detectar enfermedades en algunas pruebas mejor que los médicos. A corto plazo, la evolución de las pulseras digitales nos permitirá anticiparnos a un infarto antes de que suceda. También habla de un cambio a la hora de tomar decisiones. Hay que basarlas en los datos, y no en la intuición. Sobre todo porque, si te equivocas con una intuición no sabes qué ha pasado, pero si erras con los datos, puedes afinar el modelo y mejorar. Y esto vale para empresas, bancos o seguros: ¿por qué he de pagar mi seguro de coche respecto a la media y no exactamente por cómo conduzco? Los datos nos lo permitirán. Juan Manuel López: “Las tiendas de barrio también se beneficiarán del análisis de datos" Hablan de los datos como el “nuevo oro”, ¿en qué sentido? Planteamos que, desde hace unos años, la capacidad empresarial pasa por generar un volumen de información que -por primera vez en la historia- se puede almacenar y tratar digitalmente, de una forma relativamente sencilla y barata. En el entorno económico, todos estos datos pueden generar un valor económico importante, es la nueva alquimia. ¿En busca de la piedra filosofal? De alguna manera. El objetivo original que perseguían los alquimistas era transformar el plomo en oro, y ahora hablamos de transformar los ceros y unos del lenguaje digital en dinero. Desde nuestro punto de vista, los antiguos alquimistas son hoy en día los científicos de datos: ellos extraen la información de sus repositorios y, mediante procesos estadísticos y matemáticos, la transforman en dinero. Ah, pero hay una diferencia fundamental entre unos y otros. Los alquimistas tradicionales fueron siempre utópicos: nunca lograron alcanzar su objetivo final. Hoy, en cambio, sí podemos realizar el proceso, y el ejemplo son modelos de negocio como AliExpress o Zara. La ciencia de datos, pues, ¿beneficia solo a grandes empresas? Con una mayor infraestructura, los resultados se multiplican, claro, pero no: un científico de datos puede ser un trabajador autónomo, desde su casa y con un portátil, y su trabajo puede beneficiar también a todas las empresas, también pequeñas y medianas. Esa es la siguiente etapa del proceso. ¿Cómo sería? El objetivo es que haya consultoras que vendan paquetes más o menos estándar para que todo tipo de compañías puedan acceder a esta información. Así, el pequeño comercio, como una tienda de barrio, no solo tendrá el conocimiento intuitivo de sus propietarios, sino también sabrá -por ejemplo- qué nuevas personas están viviendo en el entorno, qué características demográficas tienen, qué comportamiento tienen en sus pagos digitales... y así poder tomar decisiones mejor informadas.