El comedor social de Cáritas en Ourense estrena sala de peluquería

Los peluqueros Iker y Conchi atienden cada jueves a usuarios del comedor social de Cáritas de forma solidaria.
photo_camera Los peluqueros Iker y Conchi atienden cada jueves a usuarios del comedor social de Cáritas de forma solidaria.
Los profesionales Concha e Iker atienden a los usuarios de forma altruista cada mañana de jueves en la nueva sala del comedor social de Cáritas en Ourense

Los usuarios del comedor social de Cáritas de la ciudad cuentan desde hace casi un mes con servicio gratuito de peluquería: aquellos que lo desean pueden cortarse el pelo, peinarse o arreglarse la barba. Dos profesionales, Conchi e Iker (madre e hijo), acuden de forma altruista al local las mañanas de jueves para prestar sus servicios. “Ya contábamos con peluquería antes de la pandemia, pero se suspendió por la situación sanitaria. Estuvimos en busca de voluntarios hasta que contactamos con ellos y se animaron sin problemas. Los dos aportan su tiempo, sus instrumentos de trabajo y sus conocimientos, mientras que nosotros les facilitamos el espacio y gestionamos las peticiones de los usuarios”, explica Elena Pérez, educadora social y responsable del comedor.

Un servicio muy necesario

Los trabajadores del comedor social descubrieron que la peluquería era un servicio muy demandado entre los usuarios del comedor, lo que motivó que Cáritas diese el paso antes de la pandemia. “Muchas de las personas que comen aquí son preceptoras de prestaciones económicas muy bajas, pueden pagar el alquiler de una habitación y poco más, por eso es tan necesaria la peluquería. Es un gasto que les supone mucho y que muchas veces no se pueden permitir”, apunta. La responsable del comedor explica que aquellas personas en situación de calle son las que más precisan disponer de este tipo de atención: “Cuando vives en una vivienda puedes plantearte cubrir otras necesidades, pero cuando estás en una situación tan grave, sin casa, no puedes atenderlas”. 

Por eso, en cuanto hubo posibilidad de recuperar el servicio de peluquería, desde Cáritas se inició la búsqueda de profesionales voluntarios. “A veces la gente piensa que las necesidades básicas son solo la alimentación, la ropa y la vivienda, pero todo lo que tiene que ver con la higiene y el autocuidado es también una necesidad básica”, reivindica Pérez. 

En ese sentido, la responsable del comedor agradece la colaboración altruista de los dos peluqueros, que permiten cubrir el servicio y mejorar la calidad de vida de los usuarios. “Estamos muy contentos, ellos tienen su profesión y deciden venir aquí y trabajar de forma voluntaria”, resalta.

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