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TRANSPORTES
Las empresas que recurrieron a conductores peruanos para solucionar la falta de mano de obra en Ourense se encontraron con un largo camino burocrático hasta que los chóferes pudieron subir a sus vehículos. Un proceso legal que requiere un mínimo de 21 trámites y que puede alargarse hasta los 50 en caso de que la compañía deba solucionar algún asunto pendiente con la administración, que les exige estar al día en su deberes con la Agencia Tributaria o demostrar en algunos casos que no hay un desempleado nacional que quiera cubrir la vacante. Dependiendo, además, del año en el que el chófer haya obtenido su licencia profesional, la tramitación se gestiona a dos velocidades.
Un acuerdo interministerial permite a quienes tengan sus permisos de conducción desde antes de 2009 el poder cerrar desde Perú un precontrato con empresas españolas, y llegar con el permiso de residencia y trabajo. Además, para ellos el CAP (la obtención del permiso de conductor profesional) se reduce a 35 horas, tras lo cual pueden examinarse y homologar sus carnés. Para aquellos que obtuvieran esa licencia en Perú después de 2009, les toca afrontar una capacitación de 150 horas, además de prácticas de conducción. Eso les obliga a venir con un visado de estudiante, que luego deben trocar por el de residencia y trabajo, lo cual está provocando dificultades.
Francisco Pardo es director de Transportes Pardo’s, una empresa de Allariz que ahora mismo emplea a cinco chóferes peruanos del primer grupo de 20 que llegaron a Baños de Molgas. “Creo que fui de los primeros en contactar de Galicia. Entrevisté a los conductores por videollamada durante 3-4 horas viendo su perfil y trabajo anterior. Consiguieron hacer el CAP reducido (35 horas) y estuvieron aquí sin trabajar durante 20 días. Tuvimos suerte porque los trámites con Extranjería fueron rápidos”, cuenta Pardo. “Ahora acabamos de incorporar a otros dos del grupo de Baños de Molgas. Con los primeros, no fue tan complicado tratar con Extranjería como con la Policía, porque no conseguíamos cita para que pudieran hacer el NIE. Luego, con el segundo grupo, ya teníamos trabajo adelantado”, añade.
Además de Extranjería y la Policía Nacional, quien busque incorporar a estos chóferes debe acudir a la Consellería de Transportes para gestionar autorizaciones y exámenes, y al Ministerio de Inclusión; de quien dependen los visados y la obtención de un número de la Seguridad Social. Una serie de procesos con los que los empresarios se encontraron sin conocer demasiado bien cada paso, por lo que han ido aprendiendo sobre la marcha.
Otra de las primeras empresas que decidió acudir al mercado laboral peruano fue Gagotrans, radicada en Lalín. Desde allí, Ivan González recuerda que “las primeras veces siempre son complicadas. Con los trabajadores estamos contentos a nivel general. Lo más tedioso fue la parte administrativa. Tuvimos problemas tratando con Extranjería al hacer los canjes de los permisos de trabajo en España; y con Tráfico al canjear los carnés. El mayor problema fueron los plazos, ya que las administraciones son muy lentas. Era la primera vez que contratábamos extranjeros”, asegura. Su compañía ya tiene 14 conductores procedentes de Perú, y esperan incorporar a otros cuatro que aún residen en Baños de Molgas.
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