El covid llevó al límite a la hostelería y los ERTE protegieron los empleos en Ourense

Economía

Las actividades de consumo y movilidad, las más castigadas, mientras sectores como agro e industria mantuvieron el tono

A. Nespereira / E. Martínez

Publicado: 09 mar 2021 - 06:28 Actualizado: 09 mar 2021 - 12:58

Dos hosteleros bajando la persiana de su bar en el centro de la ciudad durante la segunda ola. (Foto: Martiño Pinal)
Dos hosteleros bajando la persiana de su bar en el centro de la ciudad durante la segunda ola. (Foto: Martiño Pinal)

El decreto del estado de alarma de marzo del 2020 supuso un frenazo económico y un vuelco en todas las magnitudes de actividad que en la provincia ha tenido graves consecuencias, pero también claros ejemplos de resistencia sectorial a la vuelta de un año. Con todo, la resultante es negativa en gran parte de las actividades.

Empleo

La Seguridad Social mantenía a finales de marzo del año pasado 101.351 afiliados en Ourense. Con abril se abriría un agujero que en parte se ha logrado tapar en verano y otoño. Eso sí, entre aquel mes y febrero de este año se quedaron por el camino 1.261 cotizantes, con lo que la última cifra es ahora de 100.090. Durante estos meses el régimen general de afiliación al sistema perdió 969 efectivos (de 74.496 a 73.527), mientras que la cifra de autónomos se ha quedado en 23.236, 205 menos de los que había en marzo del año pasado.

El paro registrado deja bien visible la mella de la pandemia por cuanto a finales de febrero de este año había 20.496 parados en la provincia, lo que supone subir en un ejercicio 2.099 desempleados, es decir, un 11,4% más. Es cierto que la medida de los Expedientes de Regulación de Empleo ha sido un gran flotador para empresas y trabajadores. De hecho llegaron a estar incluidos en este régimen de protección más de 18.000 empleados ourensanos, una cifra que al cierre de febrero se había quedado en 4.467, aunque subiendo 1.472 en un mes.

Sector servicios

La hostelería fue la que pagó la factura más alta del covid. Las restricciones pusieron a prueba la capacidad de resistencia. Entre marzo del año pasado y febrero de este se perdieron 795 empleos netos en la hostelería, de los cuales 709 fueron trabajadores por cuenta ajena y 86 autónomos.

Por su parte, el comercio mantuvo en torno a 10.500 el número de empleados el último año. El sector servicios en su conjunto ganó desde marzo a febrero de este año 717 empleos, pero la razón de esta subida está en el incremento laboral en ámbitos sociosanitarios.

Contratos

La caída de la demanda del consumo ha provocado una merma en la cifra de contratos. El mes en el que se decretó el estado de alarma se produjeron 4.531 accesos a las empresas ourensanas, pero el mes pasado la cifra se quedó en 4.144. Ha sido precisamente en la hostelería donde se ha producido un descenso más acusado: 795 contratos el año pasado, únicamente 121 en este. Los sucesivos cierres, las limitaciones de aforo y horarios supusieron un quebradero de cabeza para este gremio.

En el resto de las actividades no se han producido grandes oscilaciones, pero algunas son positivas. Es el caso de la agricultura y ganadería, que necesitó este año 21 contratos más, pero especialmente significativa es la recuperación de la industria, que incorporó en marzo del año pasado 870 trabajadores y en febrero de este año ya necesitó 1.018. La afiliación a la Seguridad Social se mantuvo por encima de los 15.000 trabajadores en el sector. La construcción, por su parte, también ha dado síntomas de reactivación, al rubricar 181 contratos en marzo del año pasado y en febrero de este año la cifra se situó en 225.

Competitividad

El cierre de los mercados internacionales, las restricciones arancelarias y los efectos del brexit han condicionado la actividad exportadora en la provincia, pero aún así las empresas con capacidad para vender fuera demostraron su madurez. El año pasado se exportaron 769 millones, por debajo de los 873 del ejercicio precedente, pero hay que tener en cuenta que durante abril y mayo las expediciones de mercancías a otros países fueron mínimas. La recuperación de percibió con claridad desde el verano. Pero no todos los sectores se comportaron igual ya que la pizarra mantuvo su cuota de mercado, no así el textil, que acusó el cierre de los puntos de venta.

Automóviles

Laventa de coches se considera uno de los indicadores de la economía. En ese sentido las cifras no pueden ser peores. El comprador ourensano tuvo las mismas dudas que los de otras provincias, ya que las operaciones cayeron un 37,3% este 2021 en relación a los dos primeros meses del año pasado. La caída del mercado, según la patronal, se arrastrará durante todo este año y dan por imposible cerrar en positivo el ejercicio.

Viviendas

Tampoco el sector inmobiliario ha tenido un buen año, aunque se han producido dos escenarios. Un primer semestre lastrado por el cierre de actividad de marzo, abril y parte de mayo (121, 83 y 53 ventas, respectivamente) y la recuperación del segundo semestre, en el que todos los meses se cerraron por encima del centenar de transacciones. Incluso en noviembre se produjeron 167.

Turismo

Las restricciones a la movilidad acabaron con la actividad turística cuando los datos del 2019 marcaron un récord. El 2020 empezaba con 146 establecimientos abiertos en la provincia y acabó con 123, perdiendo 386 plazas hoteleras y 37 empleos como consecuencia de los cierres.

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