El día de Todos los Santos, una jornada para el recuerdo en Ourense

Cientos de personas acudieron ayer a los cementerios de la ciudad para homenajear a sus seres queridos en el Día de Todos los Santos. Flores, plegarias, sonrisas y llantos inundaron los pasillos del camposanto en una jornada llena de emociones y recuerdos para las familias ourensanas. A primera hora de la mañana, las puertas del cementerio de San Francisco comenzaban a recibir a los más madrugadores que, paraguas en mano y mirando preocupados al cielo, portaban flores y productos de limpieza para honrar a sus seres queridos de la mejor forma posible. “Este día significa mucho para nosotros, acordarse de los difuntos se acuerda una todo el año, pero este día especialmente”, afirmó Esther Álvarez, una de las visitantes que acude todos los años a recordar a sus familiares. En los pasillos, se podía observar a muchos abuelos contándoles a sus nietos las historias de sus antepasados que yacen en las tumbas. Los pequeños, que escuchaban atentamente las palabras de sus mayores, respondían con una leve sonrisa e incluso con gestos cariñosos hacia su familiar cuando observaban como este no podía contener las lágrimas. Con el paso de las horas, la tregua del cielo continuó y favoreció a que cada vez más y más personas se acercasen a visitar a sus familiares y poco a poco el recinto se llenó de un colorido propiciado por las distintas flores postradas en las tumbas. Menor afluencia “Las que más se venden este año son los claveles, las margaritas y los boris”, cuenta Marta Cid, una de las empleadas de la floristería San Francisco, que asegura que este año vendieron más flores el día 31 de octubre que el propio Día de Todos los Santos. En esta línea, empleados del cementerio afirmaron que ayer hubo menos gente que en años anteriores. Cementerio de San Francisco Una de las razones que puede explicar la menor afluencia es el estado de los caminos. A la dificultad de subir una cuesta que deja exhaustos a muchos, hay que sumar el pésimo estado en el que se encuentra el suelo de la misma, con numerosos socavones que ponen en riesgo la integridad de los visitantes. El obispo recuerda a todos los difuntos El obispo de la Diócesis de Ourense, Leonardo Lemos, quiso mandar en el Día de Todos los Santos un mensaje de recuerdo a todos los difuntos, explicando que “rezar por ellos es una costumbre antiquísima en la Iglesia, porque existe entre nosotros y ellos una relación misteriosa, viva, eficaz y activa que no podemos perder”. En esta línea, explica que “los cristianos creemos que todo aquello que hacemos, ofrecemos y las oraciones que rezamos por nuestros difuntos les benefician”. Además, Lemos recuerda que las flores “son un símbolo de nuestra presencia, nuestro aprecio y nuestro cariño”. En el resto de la provincia Desde primera hora de la mañana se animaban los camposantos de la provincia en este Día de Todos los Santos. A Pobra de Trives, Vilariño de Conso, A Gudiña, Ribadavia, Carballiño, Verín… los cementerios eran un trasiego constante de familias adecentando sepulturas y colocando flores frescas sobre nichos y panteones. Tampoco faltaron las misas, como la celebrada en el camposanto de Trives, a las 13,00 horas, o la de Manzaneda, a las cinco de la tarde. El buen tiempo hizo que los cementerios de Valdeorras se llenasen de gente desde primera hora de la mañana, tanto en A Rúa como en O Barco. El cementerio de San Verísimo, en Celanova, fue escenario, igualmente, de un goteo constante de vecinos. Y la lluvia, presente en localidades como Ribadavia o Carballiño desde media mañana, tampoco impidió la proliferación de ramos y el recitado de una oración en sus camposantos.