El área metropolitana se nutre estos días del éxodo de una ciudad de vida social restringida. Bares, restaurantes y pulpeiros del extrarradio multiplican clientes, llegados desde los distintos barrios ourensanos. "Hoxe cocín máis de 70 kilos de pulpo, cando normalmente preparo 30 ou 35", explica el pulpeiro Julio Álvarez, que trabaja cada fin de semana en la avenida de Celanova, en A Valenzá (Barbadás).
La decisión del nuevo concejal de Comercio de la ciudad, Telmo Ucha, de prohibir los puestos de pulpo en las calles, derivó este domingo en una huida a los municipios cercanos. "Non me queda nada xa, só para os que encargaron. Síntoo, a culpa é do alcalde de Ourense, que anda inventando normas", le comentaba ayer Álvarez a una clienta. El pulpeiro critica la medida –"non ten sentido"– y asegura la preocupación del sector –"xa estamos temblando coa posibilidade de que nos prohíban traballar"–. El BNG de la ciudad ya ha mostrado su disconformidad con la decisión de Ucha: "Se o argumento é a concentración de persoas, o goberno local deberá tomar a mesma decisión con outros moitos establecementos".
Los negocios de restauración de A Valenzá también se beneficiaron este fin de semana de la migración, mientras los negocios de hostelería de la ciudad lucían vacíos. "Mucha gente viene aquí porque allí no puede reunirse con sus amigos para tomar algo, yo creo que es lógico. Se nota sobre todo por las tardes, que es cuando la gente se junta más", señala una hostelera. Pero entre algunos vecinos de A Valenzá, el éxodo levanta polémica: "Non é lóxico que veñan aquí se non se poden xuntar na cidade, en nada xa nos confinan a todos e acabouse".
El sector hostelero, no obstante, muestra la preocupación por el futuro, ante la posibilidad de medidas más restrictivas en toda la provincia o incluso un nuevo confinamiento.
Tendencia desde verano
Tras el inicio de la desescalada, en el mes de junio, los municipios del extrarradio comenzaron a apreciar cierta migración de los vecinos de la ciudad. "Durante todo o verán notouse moito que se viñan para aquí, houbo moitos clientes novos que incluso nos preguntaban se sabemos de casas para alugar por esta zona", asegura Laura Nespereira, del bar Plaza, en Pereiro de Aguiar.
En la ciudad, la hostelería acusa días “horribles"
Las nuevas restricciones impuestas por la Consellería de Sanidade y la lluvia vaciaron los negocios de hostelería de la ciudad durante el fin de semana. "Fue horrible, apenas había gente en ningún local, increíble", asegura Enrique Fidalgo, presidente de la asociación Véxote nos Viños y gerente del local O Frade. El sector ve abusivas las nuevas medidas y adelanta posibles movilizaciones para dejar claro su postura. "Nos hemos pasado cuatro semanas con las barras vacías y ahora nos dan la puntilla...", comenta. En el barrio de O Couto, además, los establecimientos tampoco pueden servir en el interior de los locales, lo que limita todavía más el número de clientes. Los hosteleros reclaman equilibrio entre las medidas y la supervivencia del sector, aún tocado tras el confinamiento.
La Xunta ve "lejos" el riesgo de confinamiento que pronosticó Jácome
El Sergas ve "lejos" el riesgo de confinamiento en la ciudad, pronosticado por el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, tras el incremento de casos de la última jornada. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, recordó ayer que la ciudad no cumple ninguno de los parámetros marcados por el Ministerio de Sanidad para decretar confinamiento perimetral. "A cidade de Ourense aínda se atopa lonxe en canto a incidencia acumulada, que é o parámetro máis elevado que presenta", apuntó Comesaña.
El número de casos activos del área sanitaria roza el millar (946), tras registrar un incremento de 97 contagios. Del total de afectados, 74 se encuentran hospitalizados (8 de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos).
Controles policiales
Tras la entrada en vigor de las nuevas restricciones de la vida social, los cuerpos de seguridad han intensificado la vigilancia en la ciudad. Durante el fin de semana, la Policía Local levantó siete actas de infracción por no usar mascarilla; tres por no respetar la restriccion de reuniones de no convivientes en domicilio privado; una por consumir en la barra de un local y tres por no respetar el horario de cierre obligatorio de la hostelería.
Además, los agentes, en colaboración con la Policía Nacional, realizaron una inspección a las 4,45 horas de la madrugada en un negocio hostelero de la calle Juan XXIII, que ejercía actividad a puerta cerrada – en el local se encontraban 17 personas–. Los agentes sancionaron a los dueños por incumplir el horario de cierre, así como por consumo de tabaco en el interior del establecimiento.