Si por algo se recordará el 2022, y especialmente su verano, será por el fuego. Las llamas azotaron los montes de la provincia durante semanas, convirtiendo este año en el segundo más fatídico de la historia en materia de incendios: 32.416 hectáreas de terreno calcinadas, una cifra récord solamente superada por la del 2011, cuando el fuego acabó con más de 33.000. Pero, como recuerda el dicho, después de la tempestad siempre llega la calma. En los primeros ocho meses de este año, el fuego apenas ha consumido 600.
El más reciente de los fuegos de este año fue extinguido esta misma semana. Afectó al Concello de A Mezquita y se llevó por delante 88, según los datos ofrecidos por la Xunta, coronándose como el único gran fuego de este verano en la provincia, un hecho casi insólito. Según los datos recogidos por el Sistema Europeo de Información sobre los Incendios Forestales (Effis) del programa Copernicus de la Unión Europea, entre junio y agosto se registraron cuatro fuegos de entidad: uno en julio (que afectó a solo una hectárea), y tres en agosto (el ya mencionado de A Mezquita y otros dos incendios que quemaron 29 y 13 hectáreas). Así, haciendo balance, apenas se han quemado 132.
Entonces, ¿cuándo ardieron las 466 restantes? En el mes de febrero, que se erige como el más fatídico en lo que va de año. Una serie de incendios a mediados de ese mes en la Baixa Limia hicieron presagiar otro annus horribilis en la lucha contra el fuego, pero el resto del año ha discurrido tranquilo, al menos de momento.
Para poner en contexto lo poco que representan 600 hectáreas, hay que tener en cuenta que, de acabar así el año, este sería el ejercicio con menos hectáreas afectadas por incendios de todo el siglo XXI en la provincia. Además, de acabar por debajo del millar de hectáreas, sería la segunda vez en la historia reciente de Ourense en que esto sucede (la vez precedente ocurrió en 2021, cuando la actividad humana estaba restringida por el covid). Este territorio quemado representa menos del 1% de la superficie afectada por el fuego en toda España, donde este año han ardido cerca de 90.000. El año pasado, las más de 32.000 hectáreas representan el 12% del terreno quemado en España ese año y casi dos de cada tres hectáreas calcinadas en Galicia.
La campaña no ha terminado
Este año las cifras son buenas, sí, pero el peligro todavía no ha acabado. La Ley de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia establece dos épocas de alto riesgo de incendios forestales: una fija (que abarca desde julio hasta el 30 de septiembre) y otra variable (con una duración aproximada de un mes, que oscila normalmente entre los meses de febrero, marzo, abril, junio y octubre). Todos los expertos hacen un llamamiento a la prudencia y aseguran que todavía es demasiado pronto para hacer balances y celebrar un año histórico en materia de fuegos forestales, recordando los episodios sucedidos en el mes de octubre de los años 2017 y 2011.
