Trenes regionales

Las líneas de tren de Ourense sufren 8 de cada 10 incidencias en Galicia

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photo_camera Unidad 470, el tren más antiguo en servicio en España circula a diario por Ourense.
Falta de personal, averías mecánicas y fallos en las vías incrementan año a año los problemas pese a la merma de servicios

Mientras el foco de atención de la opinión pública y el peso de las inversiones de Renfe Operadora y el Adif se sitúan en la alta velocidad española, el tren convencional agoniza, de manera más acentuada en la provincia de Ourense y de forma especial en el corredor ferroviario del Miño, llamado a ser en el futuro uno de los ramales del Corredor Atlántico de Mercancías. El incidente registrado el pasado domingo, que dejó tirados durante horas a una treintena de viajeros a la salida de un túnel, cerca de San Clodio, bloqueando además la circulación de varios trenes no es un incidente aislado. Averías en trenes, derrumbes de trincheras en la línea, falta de maquinistas que obliga a sustituir trenes por autobuses y con ellos los consiguientes retrasos y contratiempos, ponen de manifiesto la degradación de un servicio público que ha pasado a un segundo plano, tanto para el administrador de las infraestructuras como para el operador ferroviario, más interesados actualmente en el desarrollo de la línea de negocio de la alta velocidad. Las cifras son demoledores: 8 de cada 10 incidencias ferroviarias registradas en Galicia el pasado 2019 se produjeron en las líneas que recorren la provincia de Ourense. 

RIBADAVIA (ESTACIÓN DO FERROCARRIL). 14/01/2020. OURENSE. La Estación de Tren de Ribadavia (así como la estación de O Carballiño) ha sufrido la privatización del servicio de venta de billetes y ya no atiende a clientes en persona. FOTO: ÓSCAR PINALEn la estación ya no hay pantalla, personal ni manera de saber si un tren se retrasa o directamente no viene, como relata una vecina que espera el tren.

Hay menos servicios, pero las incidencias siguen aumentando en Ouernse. Entre las razones, unos trenes que se encuentran entre los más envejecidos del parque de Renfe.//O.P.

Menos trenes, más incidencias

El análisis no puede ser más pesimista, pero se sustenta en datos: hay menos trenes que hace treinta años, pero la tasa de incidencias es mayor. En el corredor que comunica Ourense con Vigo por el Miño y con Valdeorras y Ponferrada por el Sil circulan los trenes más antiguos del parque móvil de Renfe, las unidades 470 que realizan el servicio diurno que sufrió la avería a pocos kilómetros de San Clodio el pasado domingo. Son trenes reformados de unidades eléctricas anteriores, las 440, cuya fecha de fabricación data de la década de 1970. Todas tienen más de cuarenta años. Entre Vigo y Ourense circulan también los pequeños 596, los automotores que durante el verano son empleados en los trenes turísticos. Apodados coloquialmente los "tamagochis", fueron construidos en la década de 1990 con retales de trenes de la década anterior, lo que significa que su vida activa ya supera con creces la treintena de años.

Pese a ello, y al azaroso viaje que vivieron los usuarios del regional exprés que salió de Ourense a las  16,34 horas del domingo, las averías en trenes y locomotoras no es la principal causa de la mayor parte de los retrasos y anulaciones de trenes o sustituciones de éstos por autobuses. La falta de maquinistas en la base de Ourense ha ocasionado numerosas incidencias en todo tipo de trenes, desde los nocturnos a Madrid y Barcelona, que en muchas ocasiones obligaron a los viajeros a subirse a un autobús en Monforte porque no había relevo para el maquinista, hasta el diurno al País Vasco, un tren que lleva años en espera de una mejora que nunca se materializa.

Pero no todos los problemas surgen en los trenes. También las infraestructuras acusan el paso del tiempo, en una línea que tiene casi 140 años y que vivió momentos mejores en lo que a mantenimiento se refiere.

La red de ancho convencional es la gran asignatura pendiente del Adif en Ourense, que ha destinado prácticamente todo su esfuerzo inversor en la línea de alta velocidad.

Renfe, por su parte, ha apostado por aquellas líneas y servicios en los que hubo una mejora de las infraestructuras, como es el caso del corredor Ourense-Santiago-A Coruña y Ourense-Madrid, lo que le ha aportado un incremento notable de viajeros tanto en los servicios de media distancia, especialmente entre Ourense y Santiago, como entre Ourense y Madrid, que se ha multiplicado por cinco en menos de una década. Pese a que la fórmula resulta incuestionable, a mayor número de frecuencias, mayor número de viajeros, Renfe no la aplica en el resto de sus servicios regionales y de media distancia y ha dejado morir el tren como servicio público y medio de transporte sostenible entre Ourense y las villas de su entorno, como Ribadavia y O Carballiño y en el corredor oriental hacia Valdeorras, con seis frecuencias diarias por sentido, se ha convertido en el principal foco de las incidencias.

LAS CIFRAS: EL DRAMA DEL TREN
En treinta años las villas vieron reducido entre un 50 y un 85 % el número de trenes con parada : Ribadavia pasó de 7 a 3, Peares, de 6 a 1.
De las diez estaciones que se quedarán con servicio de venta de billetes en Galicia a partir de la próxima primavera, La de A Ponte será la única de la provincia de Ourense.
Ocho de cada diez incidentes registrados en Galicia en 2019 afectaron a líneas que pasan por Ourense.

 

El desmantelamiento de un servicio público
Si hacemos un viaje en el tiempo a treinta años atrás, podremos comprobar que la evolución de los servicios ferroviarios tiene más sombras que luces. Luces, en para los trenes Avant a Santiago y Alvia a Madrid. Sombras, para el resto. Menos conexiones con Vigo y muchas menos con todas las villas importantes de la provincia. Hace treinta años había 10 trenes diarios por sentido entre Vigo y Ourense, frente a los ocho que hay en la actualidad. De estos ocho, solo tres paran en Ribadavia. Hace 30 años paraban siete por sentido, que comunicaban la capital del Ribeiro con Vigo y con Ourense y con Barbantes, Frieira, Salvaterra... Ourense y O Barco de Valdeorras estaban conectadas con diez trenes por sentido cada día, seis de ellos, paraban en Barra de Miño y Os Peares, estaciones que todavía disponían de  venta de billetes. Era el modelo del tren como servicio público. Su desmantelamiento paulatino ha desviado los usuarios a la carretera y ha reducido las opciones de desarrollo de esos pueblos  

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