Lucha contra el coronavirus

Restricciones en Ourense | Y llegó la “primera cena”

Los ourensanos dejaron muy claro que tenían ganas de volver a disfrutar de una cena de restaurante.
photo_camera Los ourensanos dejaron muy claro que tenían ganas de volver a disfrutar de una cena de restaurante. (FOTO: MIGUEL ÁNGEL)
La ampliación del horario de apertura hasta las once de la noche, aunque solo fuera para una pequeña parte de la hostelería, consiguió en su entrada en vigor que tanto las calles como los restaurantes recuperaran, al fin, una “verdadera” normalidad.

La desescalada, tan esperada desde el sector de la hostelería, entró en vigor durante la noche de este viernes, colgando carteles de “completo” en muchos de los restaurantes de la ciudad. Familias, grupos de amigos y parejas saciaron su apetito y, lo que es más importante, pudieron hacer vida juntos, ponerse al día de nuevo e imaginar nuevos planes entre plato y plato. 

Desde el restaurante Sanmiguel, su encargado, Diego González, vivió una gran jornada. “Se nota que la gente tenía ganas”, explica. La puerta de la cocina no paraba de abrirse y cerrarse. Ahora tiene un único miedo: “Espero que no sea solo por la novedad, porque con noches como hoy ya se podría trabajar muy bien”. Por el momento, ya no les quedan plazas hasta el lunes. 

En O Lar da Sabela la jornada fue también positiva. Miguel Romero relata así su experiencia mientras continúa completando tareas al ritmo frenético que marca la noche: “Ha ido muy bien, estamos completos. En cuanto la gente vio que cerraban los demás locales  (los que no cuentan con licencia de restaurante), se acercaron, de forma preventiva, para tener su reserva ya lista para el sábado y el domingo”, recuerda. También están llenos hasta el lunes. 

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Foto: Miguel Ángel

Igual de contento se mostraba José Luis González, a cargo del Restaurante Pingallo. Su amplio salón, lleno de comensales, es una imagen inédita para este 2021. “Esto ya es otra cosa”, celebra, “al menos se ve a la gente con algo de alegría”. También han hecho pleno y sus plazas están completas hasta que inicie la nueva semana. 

Acostumbrados al nuevo horario que marca la pandemia, poco más allá de las diez de la noche buena parte de los clientes están ya con el café o volviendo a casa tranquilamente, y entonces se topan con la otra cara de la moneda: la de cafeterías, bares y taperías donde las sillas ya están apiladas unas sobre las otras y alguno de sus trabajadores friega el suelo con la cortina medio bajada. 

Indignación en el sector: “Son medidas absurdas. Todo el mundo toca fondo”

Pepe Rodríguez Pérez, propietario del bar de tapas Fuentefría, reconoce que el sector estudia la posibilidad de manifestarse, porque “no son medidas basadas en la realidad, cuando en una tapería se espera sentado y guardando las distancias. Por lo menos que dejaran abrir hasta las diez. A las nueve aún es de día”, explica el hostelero, quien defiende que ni siquiera abrirán muchos locales con licencia de restaurante debido a la exigencia de cita previa: “¿Qué sentido tiene que sea obligatorio reservar para cenar en un local con mesas vacías, cuando lo que hace mucha gente es dar un paseo y después entrar en algún establecimiento que encuentre en el camino?  Vamos a mejor en la incidencia del virus y no nos alivian nada. Aquí todo el mundo toca fondo”, concluye.

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Foto: Miguel Ángel

 Rubén Gil, propietario  del café restaurante Tamarindo, tenía dudas al conocer las medidas pero finalmente se animará a abrir. “Esperé a tener la seguridad jurídica, y al confirmarse que tengo todo en regla sería una pena no aprovecharlo”, explica. Incluso contaba ya con el medidor de CO2 exigido. Y, si en anteriores normativas eran las terrazas las beneficiadas frente al interior de los locales, ahora no podrá aprovechar su espacio exterior en Plaza Mayor a partir de las 21,00 horas.

La Plataforma en Defensa de la Hostelería Gallega ya ha definido a las nuevas medidas como “arbitrarias, discriminatorias y con escaso rigor”.

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