Los expertos: “El espectáculo asociado a la violencia hace que aumente”

La violencia entre jóvenes en espacios de ocio nocturno es un cóctel con una receta clara: “Se ejerce en grupo, por chicos con inmadurez en habilidades psicosociales, desarrollo moral pobre y baja capacidad empática, y suele tener carácter identitario, en el que el fuerte agrede al débil y se reafirma ante el grupo. Todo ello con la mediación del alcohol y sustancias ilegales”, asegura el psicólogo clínico Ricardo Fandiño, que destaca que, además de agresores y agredidos, los testigos están cobrando un papel muy relevante. “El espectáculo asociado a la violencia hace que esta se incremente. Tiene carácter representativo y cada vez es más importante que esta violencia se vea, como en vídeos”, añade este especialista, que también es el coordinador general de la Asociación para a Saúde Emocional na Infancia e na Adolescencia (Aseia).

Pese a ello, Fandiño aclara que este tipo de violencia “no representa a todos los jóvenes, ni a una generación, ni a una ciudad como Ourense. Se da en determinados chicos y en determinadas situaciones. Lo que está claro es que su repercusión pública está creciendo”, dice.

Coincide con él, Roberto González, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Galicia, que reconoce que “los vídeos violentos crean alarma social, pero facilitan la labor policial”. De hecho, asegura que ya han identificado a todos los agresores que, en las peleas ocurridas durante el puente, ocasionaron lesiones que precisaron asistencia médica. “De forma inminente se procederá contra ellos”, anuncia. En cuanto al perfil de los detenidos, González apunta que son reincidentes. “Son los mismos de siempre, delincuentes conocidos por la Policía, y ya fichados por otros alternados. Cada vez hay más mujeres, y la mayoría también son reincidentes”, explica.

Este portavoz alerta del aumento de la violencia en Ourense. “Hemos advertido que ha aumentado la violencia, la agresividad y la delincuencia en la ciudad tras la pandemia. Estas peleas son la punta del iceberg. Cada vez hay más falta de respeto y agresiones a los agentes y entre ciudadanos; cada vez hay más delitos por lesiones, por riñas tumultuarias, y atentado, desobediencia y resistencia a la autoridad”, declara.

González critica que, aunque estaba claro que el pasado fin de semana y durante el puente iba a haber mucho ambiente en el centro de la ciudad, no se reforzó el dispositivo policial. “No podemos trabajar en estas condiciones. Hay que aumentar los efectivos al mismo ritmo que crece la violencia”, opina este portavoz, que denuncia que necesitan dotar de medios a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), de la que solo forman parte diez agentes y debería contar con treinta. “Nos faltan también dos furgonetas, cascos de protección y la creación de una bolsa de servicios extraordinarios para que los agentes que estén libres puedan ofrecerse como voluntarios para reforzar dispositivos cuando sea necesario”, indica.

Praza da Estrela

Los vecinos de la Praza da Estrela, donde se produjo una brutal pelea la madrugada del domingo, se quejan de la inexistencia de control policial. “Esto sucede muy a menudo. A esta plaza se viene a mear, a consumir droga, a pelearse, a hacer botellón y un hombre que va drogado levanta tapas de alcantarilla. Estamos muy entretenidos, pero de control policial, cero patatero”, se queja Ángel, un vecino al que despertó el altercado.

“Estaba dormido y me despertaron los gritos. Se escuchaban muchos golpes y alguien que gritaba: Marco, Marco, Marco. Cuando mi mujer y yo abrimos la persiana, llegó la Policía y una ambulancia. Se llevaron al chico, que estaba desvanecido, en una camilla que tuvieron que levantar entre seis personas porque era muy corpulento”, recuerda.