Polvorín y núcleos rurales de Ourense viven un bum demográfico

Tráfico en el Día sin coches. José Paz
photo_camera Demografía de Ourense. José Paz

Las nuevas urbanizaciones de Ourense consiguen disparar la población un 75% en el barrio cercano al Barbaña; por contra, el centro y As Lagoas pierden efectivos

El barrio de Polvorín en la ciudad se ha convertido en el epicentro demográfico urbano. La construcción de tres nuevos edificios, la última obra residencial nueva que se ha levantado en la ciudad, ha dado un impulso a esta zona urbana, que vive un bum poblacional, dentro de la decadencia generalizada en el conjunto de la ciudad. Solo entre 2019, último año prepandemia, y 2022, últimos datos de población por secciones censales facilitada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), aumentó la población un 75%, en una de las secciones del Polvorín, y otro 46% en la otra. Lideran, sin rivales, el crecimiento poblacional. Y los datos todavía irán a más, pues en 2023 se ha sumado un nuevo bloque, que seguirá engordando el padrón en esta zona. 

A finales de 2019 se inauguraba el primero de los nuevos edificios, una promoción de 84 viviendas en la calle Amado Carballo, y ya está rematado desde hace meses el segundo bloque, con otras 92 viviendas en esa misma calle, en pleno proceso de venta. En obras todavía hay un tercer edificio colindante, en la rúa López Abente, que sumará otras 100 viviendas a este conjunto residencial. Gran parte de los nuevos vecinos, en su mayoría jóvenes familias con hijos pequeños, pueblan ya el barrio, próximo al centro de la ciudad y a los espacios verdes del río Barbaña.

Subidas y bajadas

Junto a este nuevo entorno, desde la pandemia hasta ahora se consolidan como polos de atracción de población los núcleos más rurales del concello de Ourense: Santa Cruz, Rairo y Santa Mariña se cuelan también en el top cinco de zonas que más crecen, todas ellas entre el 10% y el 20%. También Vilar de Astrés, Beiro, Velle, Seixalbo y Cudeiro ganan población respecto a la época prepandemia, lo que revela el auge de las poblaciones más apartadas del centro urbano.

Al contrario, la zona que más población ha perdido es A Carballeira en la zona trasera de la avenida de Portugal, rúa do Teixo y Corredores, que ha visto descender su padrón en más de un 34% desde 2019. También entre los que más caen, están As Lagoas en la zona de Portovello, y el Casco Vello en la zona de Paseo, Santo Domingo y Cardenal Quiroga. En general, cede posiciones toda la zona centro y el barrio de As Lagoas, que pierden población respecto a la pandemia en detrimento de las zonas más periféricas de la urbe. En el Casco Vello se ha frenado la sangría, aunque apenas se logran recuperar residentes, tras la espantada en el censo producido  en la década de 2010 a 2020. 

Las zonas netamente urbanas que más crecen son el barrio de San Francisco, la parte alta del barrio de A Carballeira, Barrocás (que continúa el ascenso sostenido de la última década) y algunas zonas del barrio de O Couto, especialmente aquellas que han logrado captar bastante población inmigrante. 

La zona más deprimida de la urbe, el barrio de Covadonga, que presenta las rentas más bajas, también ha perdido residentes en los últimos años, bajando ya de la barrera de los 1.300 vecinos.

Conjunto ciudad

Pese al auge de algunos barrios y núcleos rurales, el conjunto del municipio de Ourense pierde habitantes en comparación con 2019, último año prepandemia. Así, cerró 2022 con 103.756 residentes, frente a los 104.322 que tenía entonces. En todo caso, se produjo una severa recuperación frente a 2021, cuando llegó a tocar fondo con 102.345 vecinos, en pleno éxodo pandémico.

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