La rehabilitación del casco viejo fue desplazando a las profesionales del sexo a las viviendas particulares

La prostitución abandona los bares de alterne en la ciudad para refugiarse en pisos y hoteles

Unas 1.600 mujeres ejercen la prostitución en Ourense y, de ellas, alrededor de 700 lo hacen en la ciudad, la mayoría en pisos particulares, según los datos que maneja la Policía Nacional. Los agentes detectaron en los últimos cinco años una disminución de profesionales en bares de alterne y, por contra, un aumento de la actividad en viviendas alquiladas e incluso hoteles.
La prostitución femenina en la provincia de Ourense sufrió un cambio sustancial en los últimos cinco años, según los datos que manejan la Policía Nacional y la Guardia Civil. En la actualidad, unas 1.600 mujeres se prostituyen en la provincia, 700 de ellas en la ciudad. En el casco urbano ourensano siempre hubo casas de citas, pero la mayoría de las profesionales se concentraba en los bares de las calles Pelayo, Cervantes y Villar. ’Llegó a haber unas 200 mujeres pero ahora ni llegamos a la decena’, afirma una de las pocas prostitutas que quedan en el lugar.

Bares tan emblemáticos como Paraíso, Suevia y Gato Negro dieron paso a edificios totalmente rehabilitados destinados a viviendas destinados a los más jóvenes y un centro cívico que tiene previsto poner en marcha el Concello. El proyecto de mejora del casco antiguo ourensano desplazó al oficio más viejo del mundo, primero hacia la Alameda del Cruceiro y, después, hacia pisos e incluso algunos hoteles.

Según los datos que maneja la Policía Nacional, la mayor parte de las profesionales se prostituye en la actualidad en viviendas o en hoteles, previa llamada de los clientes.

En la provincia En el resto de la provincia, los clubes de alterne se concentran en Valdeorras, Verín y Carballiño, aunque también hay negocios en A Limia, Celanova o Vilamarín. En los últimos cinco años, en las tres primeras comarcas citadas anteriormente, abrieron las puertas siete locales, que se sumaron a los diez ya existentes, lo que demuestra que la profe sión continúa en auge. En ellos trabajan, según los datos que menejan las fuerzas de seguridad, unas 600 mujeres, a las que hay que sumar otras 300 que lo hacen por su cuenta, en viviendas.

Las fuerzas de seguridad también detectaron un aumento de la prostitución en pisos y casas cercanas a los cascos urbanos de Verín, O Barco, A Rúa y Carballiño, en detrimento de los locales de diversión. Los dueños de estos negocios, para continuar manteniendo sus ingresos, ofrecen comida y habitación a las chicas en viviendas anexas al lugar del trabajo.

Gloria Y.E. tiene 31 años y ejerce la prostitución en Verín desde hace siete. Trabajó en cinco locales y, en la actualidad, lo hace ’discretamente en un piso’, asegura, negándose a ofrecer la dirección. ’Tengo una clientela fija, que no molesta a ningún vecino’, añade, recalcando que su trabajo es ahora mucho más cómodo, ’no hay comisiones de por medio, lo que gano no lo comparto como sucede en los bares’, afirma.

En los últimos años, también variaron los servicios y por extensión los precios. En la actualidad, el precio medio por estar con alguna de las mujeres que se prostituye en la provincia oscila entre los 20 y 40 euros, aunque en ello también influye la edad, lugar y servicio ofertado, además de las bebidas consumidas.

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