La Ribeira Sacra se postulará nuevamente a ser Patrimonio de la Humanidad. La propuesta, elaborada por la Xunta y rubricada por el Gobierno, busca reivindicar la conjugación de un marco natural de características privilegiadas que ha configurado una relación particular con el ser humano, cristalizada a su vez en un rico patrimonio. El mejor aval lo tiene en el cada vez mayor volumen de visitantes que recibe el destino. Un estímulo turístico para una zona de la España vaciada que lleva siglos bebiendo de las aguas del Miño y el Sil.
El bum de la Ribeira Sacra se manifiesta en diversas variables. Por ejemplo, en las casi 1.200 plazas de alojamiento que se abrieron en los concellos ourensanos del destino durante la última década. Los diez términos municipales considerados Bien de Interés Cultural (BIC) tienen capacidad para hospedar 2.432 visitantes. En alguno de estos concellos, como es el caso de Parada de Sil, las plazas (443) no están muy lejanas del total de habitantes (520).
El interés por las vistas del Canón do Sil y por el patrimonio de la Ribeira Sacra facilitaron el florecimiento de albergues, apartamentos y viviendas de uso turístico. Es más: en 2013, en esta decena de concellos no existía ningún establecimiento del último tipo, mientras que ahora permanecen abiertas hasta 116, según la información que hace pública la Axencia de Turismo de Galicia.
Esta ola turística, que se pretende aprovechar de manera sostenible, se traduce en un motor laboral para las comarcas de la Ribeira Sacra. Tanto es así, que da empleo a más de 500 familias. Los puestos de trabajo relacionados con el turismo se multiplicaron por cuatro en los últimos diez años, a pesar de las sucesivas crisis económicas, como la del coronavirus.
La venta de casas, al alza
El interés por la Ribeira Sacra se contagia al sector inmobiliario. Las compraventas de vivienda en los diez concellos incluidos casi se cuadruplican en comparación con 2013. Las que se cerraron en 2004 (53) ni siquiera llegan a la mitad de las 138 formalizadas a lo largo del 2023. El perfil habitual es el del comprador nacional, para uso propio o para explotación en turístico, así como para arrendamiento. Los extranjeros también buscan inmuebles en la zona.
En todo caso, desde el sector turístico de la Ribeira Sacra tratan de apostar por el crecimiento sostenible. Fuentes de este sector no han ocultado su temor a que se desvirtúe el alojamiento rural y familiar por la llegada de grandes inversores.
Patrimonio industrial
El auge de la Ribeira Sacra está sustentado por el marco natural, con numerosos miradores que permiten contemplar el paisaje. Pero también por el cultural. La viticultura heroica y la presencia de inmuebles históricos de origen religiosos -como los monasterios de San Pedro de Rocas o Santo Estevo do Sil, en la provincia- son la muestra de cómo el ser humano se relacionó con este entorno.
Otra manifestación de este vínculo está en los puentes y los aprovechamientos del agua, como los molinos. Los asesores de la Unesco objetaron la presencia de los embalses hidroeléctricos en el anterior intento para convertir la Ribeira Sacra en Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, el relanzamiento de la candidatura da la vuelta a la tortilla y los reivindica como modelo de la interacción entre los humanos y el agua.
El valor patrimonial de la industria hidroeléctrica ya se ha aprovechado en diversas ocasiones. El último ejemplo está en la presa de Santo Estevo, donde se llevaron a cabo visitas guiadas a finales del año pasado. El público pudo conocer de primera mano esta gesta de la ingeniería que horadó las montañas sagradas en busca de aprovechar la energía que brinda el movimiento de las aguas del Sil.
