Para sumar dramatismo se apagaron todas las luces. Por el claroscuro de la noche infinidad de vecinos velamen en mano desfilan iluminado sus rostros. Las sombras del Cristo yacente en brazos de María, proyecta una gran sombra sobre la pared de la iglesia parroquial. En paso solemne los primeros nazarenos avanzan desde el umbral enfundados en negro de rigor y capirote donde apenas se vislumbraban los ojos. Algunos repican los tambores, otros acompasados golpean las horquillas que portan, contra el suelo. Tras ellos una gran imagen de Cristo Crucificado y otra de la Virgen Dolorosa, en la Procesión dos Caladiños. Desde la balconada de la plaza, una mujer entona el "Ave María" a modo de plegaria, todos entre murmullos se apuntan al necesario silencio.
Hace un año
Hoy todo es distinto. Del mástil de la plaza, junto a un enorme felo pétreo, cuelga la bandera de España, Galicia, Europa y Protección Civil. “Y nos dieron las 10 horas”. Al frente de la comitiva, el alcade Rubén Quintas y otro voluntario comprueban que todo esté en orden, mirando reiteradamente al reloj. “Hai que ser puntuais”, dice, al tiempo que revisa las luces, dos linternas sujetas en los laterales del remolque que iluminarán al Cristo. A su alrededor,un conjunto de ramos de laurel bendecidos. Acompañan dos miembros de la Policía Local. “A iniciativa -dice- partiu do grupo de Protección Civil. Con esto non lle facemos dano a ninguén. Non é unha procesión tal cual, imos ir polas rúas e a quen lle apeteza e crea sae á ventana e o que non, non; e non hai ningún problema”. Al frente de la agrupación de voluntarios Rubén Quintas estos días se multiplica en labores de asistencia, desinfecciones de residencias y calles, además de reparto de alimentos y llamadas a quienes están solos, según cuenta.
La agrupación de Protección Civil portó en un remolque la imagen de un Cristo crucificado por las calles
Vía principal de Maceda al paso del coche de Protección Civil.// José Paz
A la hora, las calles dan forma al silencio, Desde las ventanas se divisa la estela dibujada de algunos vecinos: algunos niños acompañados y personas mayores a la espera. In situ, un electricista recibe la orden de apagar las luces públicas al paso de la comitiva. Al llegar la hora, el Cristo se ilumina en un blanco de rigor en contraste con la oscuridad de la noche, En megafonía suena música de pasos de Semana Santa. El coche de Protección Civil arranca en dirección a las piscinas, en el primer cruce, para y da la vuelta, visitará todas las calles exceptuando la parte vieja donde no es posible el giro. A contraluz, las estelas del personal vela en mano se iluminan en las ventanas. Algunos con la radio en la mano. Al pasar por las calles se escuchan voces, aplausos, que en la oscuridad resuenan aún más. La comitiva va envuelta en una suerte de luces de colores de los coches oficiales, junto a la del Cristo iluminado. Así fue.
