Daños del temporal

Un sumidero taponado, causa del daño al Museo catedralicio de Ourense

Un deshumidificador salva documentos del siglo XIV apiñados en bancos y mesas tras el diluvio

La Dirección Xeral de Patrimonio de Galicia está “convencida” de que la Diócesis de Ourense, propietaria de la Catedral de San Martiño, tiene razones para estar preocupada tras el daño causado por la lluvia en su archivo histórico. Y la Diócesis está segura de que Patrimonio no abandonará la colaboración urgente “con un Bien de Interés Cultural (BIC)” afectado por el aguacero. Mientras ambas instituciones mantienen la compostura, el Museo Catedralicio, uno de los más importantes de España en materia de documentación medieval, apiña pergaminos del siglo XIV en mesas y bancos porque hubo que salvarlos, in extremis, del diluvio que se coló por las estanterías, por las que ayer seguía cayendo el agua. Mientras, los hongos invaden las paredes de piedra. Técnicos de la Consellería de Cultura visitarán hoy el templo para valorar los daños y encontrar una solución temporal. Un sumidero taponado en la cubierta de la Catedral -que está inmediatamente encima del archivo- parece la causa principal de que el agua se filtrase como nunca antes en un Museo del que, numerosos responsables, avisaron en otras tantas ocasiones del riesgo existente por la excesiva humedad. “Es como su hubiese una piscina encima rezumando hacia abajo por todas las paredes”, especifica Luis Manuel Cuña, delegado de Patrimonio de la Diócesis.

Cuña no quiere generar alarma y da gracias a Dios porque el daño sobre los documentos más antiguos no será irreparable. Les salvó estar en la parte central del depósito, lejos de las paredes por las que discurrió más el agua. La rápida intervención de la Diócesis también ayudó: sobre la mesa principal estaban ayer secándose, gracias a un deshumidificador convencional, el Misal Auriense, los Privilegios de Alfonso X el Sabio o los documentos monásticos suprimidos por la Desamortización. El aparato marca un 64% de humedad en el lugar. “Llegó a estar al 97%”, puntualiza el delegado. 

Los responsables del Museo tienen que mover continuamente las páginas del misal, en pergamino del año 1600, para que se despeguen. La suerte es que el papel antiguo es de mejor calidad, hecho de fibras vegetales como el algodón, que se conservan mejor porque pesan menos. No ocurre lo mismo con los documentos modernos. “Un libro de papel moderno, si se moja, hay que tirarlo”, avisa Cuña. 

La parte más perjudicada del Museo es la de arriba. Las estanterías están prácticamente vacías gracias a la actuación urgente de retirar los libros. Todavía cae el agua del techo y hubo que cortar la luz. Los documentos más dañados, según Cuña, son las Actas Capitulares, que son las actas de las reuniones del Cabildo desde el siglo XIV en adelante. En general, “están dañados unos 10 volúmenes”.

La lluvia fue tan traicionera que hay documentos dañados que no se detectaron al principio: el agua se coló por detrás de las paredes, llegando al canto de los libros, sin que se atisbase la desgracia en los lomos y cubiertas, que es justo la parte que llega al ojo del archivero.

El traslado definitivo es una medida que no se contempla. “Esta documentación lleva siglos en un ambiente húmedo, pero es su ambiente. La documentación antigua sufre mucho los cambios de temperatura y humedad. Habrá que pensar en un traslado temporal, pero todo traslado conlleva sus riesgos”, avisa Cuña. Por si esto fuera poco, hasta que cesen las lluvias, no se pueden tomar medidas mayores.

En cuanto al Pórtico do Paraíso, el agua se filtró muy cerca, porque las obras de impermeabilización no están acabadas. No llegó a afectar al Pórtico. Eso sí, el que avisa, no es traidor.

La Consellería de Cultura investigará los problemas de las cubiertas del templo

La Consellería de Cultura subraya que la Dirección Xeral de Patrimonio adoptó medidas de protección temporal de impermeabilización. “Estase en contacto co persoal da Catedral, desde o primeiro momento, para adoptar as medidas necesarias”, añaden desde la Consellería, cuyos técnicos tienen experiencia en intervenciones como la Catedral de Santiago.

Manuel Chaín, subdirector xeral de Conservación e Restauración de Bens Culturais, destaca que “é imprescindible que a Diócese faga un bo mantemento da Catedral cando non chove” y reitera la colaboración de la Consellería. Chaín cree también que “hai uns problemas na Catedral que hai que empezar a investigar”, relacionados con el sistema de cubiertas en donde se taponó el sumidero. Lo más inmediato será acabar la impermeabilización.

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