La inteligencia artificial y las conductas suicidas en las redes sociales

La ingeniera informática Ana Freire Veiga.
photo_camera La ingeniera informática Ana Freire Veiga.
El proyecto europeo STOP, en el que participa la ingeniera informática gallega Ana Freire Veiga, analiza las redes sociales en busca de patrones asociados a enfermedades mentales.

En los últimos años, la inteligencia artificial se ha convertido en foco de grandes investigaciones, demostrando su aplicación en todo tipo de campos de conocimiento. Ahora también se explora su influencia positiva en la salud mental. Este es uno de los puntos de partida del trabajo de la ingeniera informática gallega Ana Freire Vega, profesora directora y vicedecana de Impacto Social e Innovación Académica de la Universidad Pompeu Fabra.

El notable aumento de la demanda de atención de la salud mental significa que el acceso a estos servicios y su calidad ha empeorado en los últimos tiempos. Como dificultades para acceder a consultas psicológicas, así como el estigma que las rodea problemas de salud mental, significa que muchas personas no obtienen uno diagnóstico Sin embargo, en la era de la digitalización nacen nuevas formas de estudiar las enfermedades mentales, adaptadas a nuestras nuevas formas de comunicación. En esta línea, las redes sociales se están mostrando como un medio eficaz para detectar problemas mentales.

Ana Freire coordina el proyecto STOP (Prevención del Suicidio en Plataformas Sociales), que analiza las redes sociales en busca de patrones asociados a diversas enfermedades mentales, prestando especial atención al suicidio. En el marco de este proyecto, investigadores, psicólogos y psiquiatras estudian la expresión en redes sociales de depresión, tendencias suicidas y trastornos de comportamiento alimentario. “A través del análisis de texto, imagen y actividad, observamos factores que el personal especializado suele preguntar directamente a los pacientes en consultas. Estas preguntas se resuelven en el entorno de las redes sociales analizando si un usuario tiene muchas conexiones, si tiene actividad durante las horas de sueño o comenta o muestra interés en ciertos temas. Estas y muchas otras características constituyen la entrada a algoritmos de inteligencia artificial entrenada para poder extraer patrones comunes en los usuarios alto riesgo”, explica la experta.

Con la información ya recopilada han lanzado campañas en Instagram y Facebook dirigidas a los grupos identificados en cada uno de los tres grupos de estudio. “Como resultado, se consiguió aumentar en un 60% las llamadas procedentes de redes sociales al Teléfono de Prevención del Suicidio”, explicó, añadiendo que “este es un claro ejemplo de que la IA, utilizada con responsabilidad, puede tener un impacto muy positivo en la sociedad”. 

Ana Freire Veiga ha participado recientemente en el ciclo de conferencias “Aida Fernández Ríos” de la Real Academia de Ciencias de Galicia y la Diputación de Pontevedra.

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