Domingo de Pascua

¿Monas, roscas, torrijas o huevos? Descubre los orígenes de tu postres de Pascua favoritos

OURENSE 27/03/2024.- Huevos de pascua y torrijas de la Confitería Miguel. José Paz
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Monas, roscas, torrijas y huevos de Pascua. Te contamos los orígenes de los dulces de Pascua más populares. ¿Cuál es tu favorito?

Monas, roscas y roscones, torrijas y huevos. Por qué será que a los gallegos nos resulta tan fácil adoptar tradiciones que tienen que ver con la comida? Te contamos de dónde vienen todas estas tradiciones culinarias de Pascua, cuál es la diferencia entre ellas, y cuáles llevan más tiempo con nosotros.

¿Por qué tanta variedad de dulces?

Antes de meternos en harina, disculpando la gracia, la primera pregunta que surge es: ¿por qué esta abundancia de dulces típicos en primavera? Entre el Entroido y la Semana Santa, la operación bikini o como queramos llamarle ya empieza saboteada.

Hay una explicación histórica muy sencilla, que comienza en Carnaval. O como se le llamaba antes, carnestolendas, una expresión que nos llegó casi sin cambios del latín, y que venía a decir que era el momento de sacar la carne. Porque al final del invierno había que saquear la despensa y acabar con las provisiones que pudiesen quedar antes de que se estropeasen. Hablamos de antes de que se inventasen los frigoríficos y los conservantes, por eso, cuando la tierra comenzaba a dar otra vez alimento, se hacía una gran "paparota" para rematar lo que había resistido todo el invierno. Era una fiesta alegre, en la que se celebraba, básicamente, que no nos habíamos muerto de hambre o frío.

Y después de esta sobredosis de carne y conservas varias, era una buena idea una dieta de depuración, aprovechando que comenzaban a abundar las verduras frescas, cultivadas o recolectadas, y el pescado. No, no es casualidad que las fechas coincidan con la apertura de la temporada de pesca en la actualidad. La Iglesia Católica lo vio claro desde el principio, y aprovechó esta costumbre para implantar justo ahí la Cuaresma. Que para los creyentes tiene ese matiz de preparación, de purificación del cuerpo para el momento cumbre de la Semana Santa. Encaja como a medida.

Y para acabar, en el momento de júbilo que es la Resurrección, el triunfo de la Vida, un nuevo premio. Con dulces y huevos. Porque las gallinas también tienen su ciclo, y en primavera ponen más que en invierno, aunque ahora entre piensos y luces artificiales ya no se note tanto la diferencia.

¿Mona o rosca, cuál elegimos?

La mona de Pascua es uno de los dulces españoles típicos de Semana Santa. Se parece a nuestro roscón, y en sus orígenes probablemente llevasen los mismos ingredientes: harina, huevo, azúcar y sal. Pero hay diferencias. La primera es etimológica: mona es una palabra que desciende del árabe, significa algo así como "bocado", algo que llevarse a la boca, y era un regalo típico de los moriscos a sus señores. Por eso, su primer ámbito de difusión fue el levante español, sobre todo Valencia y Murcia.

Solían llevar un huevo incrustado, que en los últimos años es de chocolate. De ahí se pasó a usar el término "mona" para figuras de chocolate, que se pueden ver, sobre todo por la España del mediterráneo, de todas las formas y tamaños.

Nuestra rosca o roscón se parece a la mona original, pero la apariencia y los ingredientes se han estandarizado en los últimos tiempos, y se hace con la misma masa y decoración que el roscón de Reyes. Eso si, aquí no son tan populares los huevos incrustados y hay una variante que en lugar de circular es trenzada. Un guiño a la figura de la espiga de trigo, y una tradición, la de trenzar vegetales, muy popular antiguamente para dar la bienvenida a la primavera.

En ambos casos la tradición marca que el dulce se regale después de la misa de Resurrección, y solía ser un regalo de padrinos a ahijados.

Tradiciones importadas

Los huevos de Pascua, que han llegado hasta nosotros desde el mundo anglosajón, vienen realmente de Alemania, donde ya se mencionan en un libro del siglo XVII. Están asociados a otro símbolo de fertilidad, que es el conejo que tradicionalmente los transporta en un cestita. En los lugares donde son populares, la tradición no solo es pintarlos y decorarlos. Tras embellecerlos, el sábado, los adultos de la familia recorren la casa y el jardín escondiéndolos para que al día siguiente, niños y niñas pasen una mañana de júbilo tratando de encontrarlos.

Un caso especial son las torrijas. En muchas casas ourensanas se les llama tostadas, y es que su nombre alternativo es el de "tostada francesa". Aunque muy popular en el país galo desde la Edad Media, en España también aparecen en la literatura del siglo XVI ya con su receta actual. Y de ahí al Nuevo Mundo, donde las torrijas españolas son un dulce de lo más popular.

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