Los agentes sospechan que el veneno que mató días atrás a un animal procede de Portugal
Apenas un 10 % de los perros de O Barco están registrados en el Concello. La estimación la realizó ayer el jefe de la Policía Local, Arturo Rebollar, quien explicó que la falta de interés en tramitar la inscripción en el registro municipal o es el único problema que generan estos animales. También se dan numerosos casos de canes que llevan los datos de su anterior propietario en el chip, al no cambiarlos su amo actual.
La Policía Local incorporó recientemente un lector de chips para perros a los equipos que tiene a su disposición en la Jefatura barquense. La adquisición tuvo su razón de ser en el aumento de animales domésticos que registró la villa en los últimos años.
Los agentes comenzaron a utilizar el nuevo equipo con los perros abandonados. Cuando localizan uno, inmediatamente intentan localizar a su posible propietario. Posteriormente, el animal es recogido por el personal de la perrera comarcal de la Diputación Provincial, con sede en A Rúa. La apertura de este servicio hace poco más de un año redujo considerablemente la utilización de las celdas del Campiño, en Viloira. Los canes callejeros solo son llevados a ellas si su recogida coincide en fin de semana, con la perrera valdeorresa cerrada.
Perro envenenado
La investigación iniciada para intentar localizar a la persona que abandonó un potente veneno en el Paseo do Malecón continúa adelante. Un pequeño perro de raza pomerania moría pocos minutos después de ingerirlo, cuando estaba en la orilla derecha del río Sil, en las inmediaciones de las piscinas municipales.
Una de las hipótesis que manejan los agentes apunta hacia Portugal como posible lugar de origen del citado veneno. Se basan en que el producto utilizado, del tipo de la estricnina, está prohibido en España.
El envenenamiento del perro provocó que muchos dueños de canes domésticos dejasen de acudir al Paseo do Malecón en los últimos días.
