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LEB ORO
El que hiciesequinielas al principio de temporada y le diese por dibujar la clasificación de la liga en la jornada 7 podría colocar al Alicante más arriba o más abajo, pero cuesta creer que alguien se atreviese a pensar en un equipo en puestos de descenso y mucho menos sin conocer la victoria.
Jugador a jugador no se entiende qué puede estar pasando en Alicante. Tampoco mirando al banquillo, con el mismo entrenador que había metido al equipo en el play off de ascenso a la ACB la campaña pasada. Con un director deportivo “famoso” por sacar conejos de la chistera en todos los clubes en los que ha estado, sin ir más lejos con los Gudmundson, Davison o Kostadinov del año pasado. Y en el palco también son los mismos.
Pero lo cierto es que nada de eso funciona ahora mismo. El entrenador, Antonio Pérez, ya está despedido y al ideólogo de la plantilla, Asier Alonso, ahora le pitan los oídos porque ni las apuestas ni las garantías ganan partidos.
El proyecto fue de borrón y cuenta nueva y solo sigue en el equipo Adriá Rodríguez, aunque seguro que de motu proprio habrían renovado a alguno más de haber podido competir con rivales más “pudientes”.
Incluso con tantas caras nuevas, el Alicante de esta temporada empieza con una buena lista de jugadores contrastados. Empezando por Kevin Larsen como referencia interior y por fuera con una de las sensaciones de la campaña pasada, Gerard Jofresa, y un Álex López que volvía a liga tras muchas campañas en la ACB. Gonzalo Bressan y Marvin Ogunsipe ya lo habían hecho bien también en la LEB Oro.
Los “inventos” tampoco lo eran tanto. Jugadores con muchos galones en ligas serias en Francia, Grecia, Ucrania o Bélgica, como Jean Marc Mwema, Roger Moute e Bidias y Oleksandr Lypovyy. Y para cerrar, um base rookie, Jordan King, y un exterior que reclamó el salto de categoría, Diego Rivas.
En medio de todo eso, y como pieza clave para construir la plantilla en tiempo y presupuesto, una cara conocida en el COB, Bolong Zheng. Y como ocurrió en el Pazo, lo que empezó con sonrisas, se van convirtiendo en cuento chino e incógnita por la que preguntar.
Un galimatías que no acaba de coger forma. Un proyecto en el que muchos de sus jugadores han sido ofrecidos a equipos de la liga esta misma semana y que juega bien muchos minutos, pero muy mal los otros. La combinación de todo es un Alicante que sigue sin ganar, que no sabe qué pinta tendrá y quién lo entrenará después del parón y del que el COB no se fía un pelo.
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