Luis Rodríguez

El hermoso entorno del embalse de Cachamuiña se ha convertido un lugar muy frecuentado por personas que les gusta caminar o hacer deporte en un lugar hermoso y cercano a la ciudad. Pero este entorno no siempre es respetado y las autoridades no hacen nada para subsanarlo. Hay señales de prohibición para circular vehículos, pero estos días es frecuente ver pescadores dejando el vehículo al lado y según se van desplazando buscando pesca , van desplazando su vehículo, sin importarle la gente que pasea y que se tiene que apartar y tragar el polvo que dejan detrás. También hay paseantes que no hacen caso a las señales de prohibido perros sueltos. Por buenos que sean, hay gente y niños que tienen pánico a los perros.

Decíamos ayer (famosa frase de fray Luis de León, que no de san Juan de la Cruz) que tienen muy poca vergüenza estos señores de la feria de Silleda (como comentaba ayer en esta sección Miguel F. Collarte), empapelando farolas y árboles por todas las carreteras de Galicia para anunciar lo que sea. No es la primera vez que lo hacen, pero a ver si entre todos podemos evitar que sigan haciéndolo impunemente sin que las administraciones (locales, Tráfico, Fomento,...) responsables de la vigilancia tomen cartas en el asunto. Ahí va otra imagen de la deplorable imagen que transmiten, además de peligrosa e insana (los cartelitos de marras son de plástico). Y miren que aún están a tiempo de multar a quien sea y retirar los carteles, porque lo que se anuncia aún es para marzo.

Cuando no es la cerveza son los libros de ocasión, y cuando no es una feria de la salud es un mercado de flores. Los residentes en la zona de la avenida de Pontevedra tenemos que lidiar cada semana con unos okupas que van cambiando de cara y nombre, pero que siempre cuentan con el beneplácito del Concello de Ourense. Sin ánimo de criticar a los empresarios y trabajadores que buscan nuevas vías de exposición para sus negocios, ¿no resulta excesivo, y totalmente desquiciante, este continuo carrusel de eventos? La última gota, esta iniciativa de los placeros; que tras ocupar la Alameda han extendido este fin de semana su colonización unos metros más allá. ¿No sería más inteligente haber montado sus puestos de flores en otro sitio que no fuese justo al lado del emplazamiento habitual de sus negocios? Cousas veredes...

En la calle Río Casaio, en el barrio ourensano de O Vinteún, los vecinos nos encontramos cada día con esta estampa. Puede alegarse que la acera se termina ahí, que el bajo está cerrado y no tiene actividad alguna y no molesta. Puede alegarse lo que se quiera, pero las aceras no son para destinarlas a aparcamiento privado de un vehículo si no para que las utilice quien quiera en toda su plenitud, desde una punta a la otra. ¿Qué ocurriría si algún vecino le coloca su vehículo también detrás, y luego otro, y otro y cada uno hace lo que le da la gana? No las hagas, no las temas, que dice el refrán.