La Región
Tiranías
Hoy te vi pasar. El sol pegaba sin piedad, ese sol de verano que hace hervir hasta las piedras, y ahí ibas tú, manejando por los caminos de tierra y con la paciencia de siempre. Te detuviste frente a una casa, bajaste, entregaste algo, saludaste con un gesto y seguiste ruta. Y pensé: qué poco se habla del trabajo que haceis todos los días. No llevais ya ese bolso colgado al hombro como antes, ahora vais en coche, pero eso no hace vuestra jornada menos dura. El calor no se va por tener ruedas. Las distancias siguen siendo enormes, los caminos malos, los perros bravos y los horarios ajustados. Subís, bajais, abrís portones oxidados, esquivais ganado, y todo con ese ritmo firme que no se detiene. A veces pienso que conoceis más los pueblos y sus alrededores que cualquier mapa.
Sé que hay días en los que nadie te saluda, en los que apenas te ven. Sé que muchos piensan que el correo ya no importa, que todo es digital, que las cartas son cosa del pasado. Pero no.Seguís trayendo cosas que sí importan: notificvaciones urgentes, trámites, encargos que alguien espera con ansias. A veces incluso sois la única persona que pasa por ciertas casas en todo el día. Sois presencia, aunque no siempre te lo digan. Y aunque no lo digas, yo sé que hay cansancio detrás. Que también hay calor, frustración, caminos rotos, GPS que no sirve en la mitad del campo, gente que reclama si te retrasas un minuto. Pero ahí estás. Cada día.
Por eso te escribo esto. Porque me salió del corazón. Para decirte simplemente: gracias. Gracias por seguir. Por cumplir, por tener buena cara aunque haga 38 grados a la sombra, por conocer a la gente y llamarla por su nombre, por hacer bien tu trabajo incluso cuando parece que nadie lo nota.
Chelo Durán Fernández (Ourense)
Contenido patrocinado
También te puede interesar
La Región
Tiranías
La Región
Escola do rural e infancia
La Región
CARTAS AL DIRECTOR
Gracias por tanto doctor
La Región
CARTAS AL DIRECTOR
El imperialismo contra el derecho
Lo último