La Región
CARTAS AL DIRECTOR
Ecovigilantes de Franciscanas de Ourense, PREMIO APROEMA 2025
CARTAS AL DIRECTOR
La noticia reciente de la ONU sobre la contaminación del aire en las ciudades no puede pasar desapercibida. Vivimos en urbes que devoran la atmósfera: son responsables de gran parte de las emisiones nocivas que ponen en riesgo no solo el clima, sino la salud de millones de personas.
Es paradójico: las ciudades son motores de desarrollo, pero también focos mortales. La contaminación urbana -alimentada por el transporte, la industria y la mala planificación- actúa como una bruma invisibilizadora que asfixia a quienes viven en ella. Cada bocanada de aire contaminado es un recordatorio de que nuestras prioridades están desenfocadas.
No basta con medir partículas tóxicas ni lanzar campañas simbólicas. Lo que necesitamos son transformaciones reales: zonas de bajas emisiones, redes de transporte público más eficientes, más zonas verdes, edificios sostenibles y, sobre todo, voluntad política. Las ciudades deben dejar de ser un espacio de especulación ilimitada para convertirse en un refugio de vida digna.
Porque si no cambiamos el pulso de nuestras metrópolis, corremos el riesgo de sostener desarrollos urbanos que matan poco a poco. Exigir aire limpio no es un capricho, es una urgencia moral. ¿Quién pone el cascabel a la especulación inmobiliaria, a la contaminación de la atmósfera, la lumínica, la acústica?
Pedro Marín Usón
(Zaragoza)
Contenido patrocinado
También te puede interesar
La Región
CARTAS AL DIRECTOR
Ecovigilantes de Franciscanas de Ourense, PREMIO APROEMA 2025
La Región
CARTAS AL DIRECTOR
Paradojas urbanas
La Región
CARTAS AL DIRECTOR
La Navidad, una tradición que trasciende lo religioso
La Región
El coste social
Lo último
Carlos Risco
LA CIUDAD QUE TODAVÍA ESTÁ
La casita azul de la calle dos de mayo
OURENSE CF EN COPA DEL REY
O Couto empieza a prepararse para recibir al Athletic
FORO LA REGIÓN
Iván Raña entra en la cabeza de los deportistas