Román Cid Álvarez: “Soy el más viejo y el que más reclama formación e innovación”

APICULTOR Y PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ABELLAS NAIS

El colectivo Abellas Nais conmemora este año su décimo aniversario, una etapa marcada por el crecimiento del sector a pesar de la aparición de la velutina y el aumento de la varroa.

Román Cid junto a unas colmenas en su Cartelle natal.
Román Cid junto a unas colmenas en su Cartelle natal.

Este año será la despedida de Román Cid. El veterano apicultor da un paso atrás en la presidencia, aunque seguirá apoyando y asesorando a los nuevos apicultores.

Pregunta.¿A qué se debe este paso atrás?

Respuesta.No es un paso atrás, porque sigo y seguiré atendiendo a los chicos y a cuidar de las colmenas. Es más, a nivel práctico de gestión de la asociación, les dejo a ellos el papeleo.

P.¿Esperaba llegar hasta aquí?

R.No. Empezamos con 2.000 colmenas y 25 socios, y ahora sobrepasamos las 20.000 colmenas en toda Galicia, aunque la mayoría son ourensanos, y socios 180. De los primeros quedan pocos, pero crecimos mucho. Somos la asociación que más colmenas tiene por socio y me atrevo a decir que de toda España. La provincia dio un salto cualitativo muy importante, tanto en número de colmenas como de apicultores. 

P.¿A qué se debe?

R.A la formación y por la tradición. Antes en las aldeas, era rara la casa que no tuviera un cortizo. La miel se usaba como medicina, para los animales y para los de casa: para los golpes, para los catarros. Y por la flora que hay, el clima.

P.¿De dónde viene la tradición?

R.Del siglo XVIII. No lo digo yo, lo dicen los franceses, que descubrieron que Ourense era una de las cuatro provincias de España -junto con Zamora, Salamanca y Lugo- donde más cera se producía. Abastecíamos los mercados de cera cuando fue la primera revolución industrial. En Outumuro había una fábrica de velas.

P.¿Le vino de ahí su pasión?

R.No. Yo tenía un taller de serigrafía y me intoxiqué. El médico me dijo: Román o dejas la serigrafía o ella te va a dejar a ti. Así que dejé el taller y me quería marchar fuera de España, pero mi madre no me dejaba, no quería que me fuera. Y un día vio que había un curso de apicultura en Bande y me dijo que me anotase. 

P.Y se enganchó…

R.Por aburrimiento. Hice el curso en Bande con Nazario Blanco, el mejor profesor que he tenido, y al poco tiempo me compré cinco cortizos en Olelas y entré becado en el Inorde para estudiar las mieles y propóleos de la provincia. Creamos un buen equipo y teníamos grandes planes: formar contra la varroa, recuperar las albarizas tradicionales… pero falleció Miguel Ángel Rodríguez y otro compañero y me quedé solo. Así que me dediqué a cuidar las abejas a la gente mayor. Me convertí en el ‘home das abellas’ de A Bola, Celanova, Verea. Me adoraban y yo a ellos y así dio conmigo Daniel, del Sindicato Labrego Galego. Empezamos a dar cursos y nació Abellas Nais. 

P. ¿Es posible vivir del sector?

R.El 90% de los socios, empezaron con 3 o 4 colmenas y hoy tienen 130. Tenemos jóvenes profesionales, chicos que tienen 26-30 años y tienen 600 colmenas y altas producciones, que es lo importante. Y los que no son profesionales, tienen 120 colmenas. Y estamos llenos de premios por todos lados. Abellas Nais nació para formar, es nuestro principal objetivo, y también ayudar en la comercialización. 

P. ¿Cómo ve el futuro?

R.Hay que seguir formándose. Soy el más viejo y el que más reclama innovación, que se adapten a las nuevas técnicas, aunque muchas son viejas. Luchar contra la varroa y la velutina, que nos trae muertos. No entendemos como no se aplica el sistema de los bomberos de Terra de Celanova, son los más eficaces y los que menos gastan, tenemos una red con los apicultores, todo planificado. Los incendios nos machacan y los eólicos, matan muchas abejas.

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