VISITA AO XACEMENTO
Os últimos achados do Castelo de Lobarzán, ao descuberto
REUNIÓN DE MUJERES OURENSANAS
La aldea de Sandín, en el concello de Monterrei, llevaba cuatro años esperando un día como el vivido ayer en su área recreativa, en la parte más alta de un pueblo situado ya de por sí en un monte, y en la que se dispuso una carpa enorme para dar cabida a 300 mujeres rurales, llegadas a este pequeño enclave desde todos los rincones de la geografía ourensana.
El motivo de este encuentro, aplazado desde 2020 a causa de la pandemia de la covid, no era otro que el de juntarse y celebrar todas ellas el Día Internacional de la Mujer Rural del pasado 15 de octubre.
Ni la lluvia, que hizo acto de presencia por momentos, fue capaz de desanimar a las participantes, socias de algunas de las 63 asociaciones adscritas a la Federación provincial de mulleres rurais de Ourense (Femuro).
No faltaron ni la música, ni los bailes ni una comida popular que sentó a la mesa a varias generaciones de mujeres de distintas comarcas de Ourense, unidas por su trabajo y energía colectivas. Un día festivo, pero en el que ninguna se quiso olvidar del Día internacional de lucha contra el Cáncer de mama.
Pero además de una celebración, este sábado también hubo tiempo para reivindicar el tesón y la valentía de todas esas abuelas, madres e hijas que viven en el medio rural, y que siempre sacan tiempo para para apoyarse unas a otras y emprender proyectos en sus lugares de origen.
Sandín encarna a la perfección los beneficios de asociarse, y es un ejemplo de cómo esa dedicación colectiva y desinteresada de las mujeres cambia el paisaje de pueblos y aldeas. Fundada en 2017, la asociación de mujeres rurales local, “Fonte do Ouro”, ha revolucionado en solo siete años la vida en comunidad de esta pequeña población con apenas “60 residentes habitualmente”, según afirma su presidenta, Sinda Rivero, pero que cuenta con un total de 46 socias. Si bien no todas viven a diario en Sandín, no por ello dejan de estar involucradas en todo lo que hacen.
Las mujeres rurales que acudieron ayer a Sandín fueron testigas de ello, ya que a lo largo de la mañana se realizaron visitas guiados alrededor del pueblo. Las invitadas no solo conocieron el local social de “Fonte do Ouro”, con unas preciosas vistas a la montaña, sino que tomaron buena nota de la rehabilitación integral que la asociación realizó de una fuente o del horno comunal, de nuevo punto neurálgico de reunión para los vecinos. Con motivo de este día especial, ayer lucía decorado con algunos de los bordados y creaciones que las socias elaboran en los numerosos cursos que realizan durante todo el año.
Un acto así no solo atrajo a las mujeres rurales, sino también a una nutrida representación institucional, con el presidente provincial, Luis Menor, a la cabeza, acompañado por el diputado autonómico Víctor Manuel Baladrón; el delegado territorial, Manuel Pardo; la diputada provincial de Igualdade, Teresa Barge, y el alcalde del concello de Monterrei, José Luis Suárez.
Al tomar la palabra, Luis Menor recordó que, históricamente, las mujeres rurales “formaron un colectivo desfavorecido e discriminado respecto dos homes”, pero celebró “os avances dos últimos anos”.
El regidor Suárez agradeció por su parte “o labor que realiza Femuro”, y destacó de las asociaciones de mujeres “á súa capacidade de dinamización cultural e social”.
Pero el momento más emotivo se produjo durante el discurso de Sinda Rivero, interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de las presentes: “O que comezou como unha aventura, evoluiu nunha fonte de motivación diaria, especialmente para as xeracións máis maiores, que viven esta experiencia dunha forma única”.
Tras la comida, todavía quedaba una sorpresa. “Fonte do Ouro” aprovechó para presentar su documental, un repaso fotográfico de la historia de Sandín y de la trayectoria de la asociación. Un ejemplo más de que las mujeres son el corazón y la memoria del rural.
En toda Galicia, según los datos que recopila y hace públicos el Instituto de Galego de Estatística, se estima que alrededor de 126.600 personas mayores de 65 años viven solas. Sin embargo, ese número muestra un reparto muy desigual si lo desglosamos por sexos: el 72,8% son mujeres, un total de 92.200, por el 27,2% de los hombres, que suman 34.400.
Una situación que se agrava aún más en la provincia de Ourense, que ya de por sí es la más envejecida de todo el territorio gallego, con un 31,94% de la población por encima de los 65 años.
Las razones de este fenómeno, que se designa como soledad no deseada, o crónica, si se prolonga durante dos o más años, son múltiples. Por un lado, el éxodo del rural a las ciudades está vaciendo progresivamente los pueblos y aldea. Las mujeres, además, tienen una esperanza de vida mayor que los hombres, por lo que enviudan en una proporción mucho mayor.
Las asociaciones de mujeres rurales reparan muchas de estas desigualdades y carencias, sobre todo a nivel social. En el encuentro en Sandín, la palabra más repetida por muchas de ellas era “soledad”, seguida por “pandemia”, a la que achacan que aún hoy haya muchas “que teñan medo a xuntarse con outras persoas por medo á enfermidade”, una situación que se agrava en otoño y primavera con la mayor transmisión de enfermedades virales por vía respiratoria.
“O máis importante é xuntarse, facer calquera cousa é simplemente unha excusa para que moitas das nosas socias saian da casa, estean activas a nivel físico e mental, e despois teñan algo do que falar con outras mulleres na súa mesma situación”, resume una de las asistentes.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
VISITA AO XACEMENTO
Os últimos achados do Castelo de Lobarzán, ao descuberto
EVENTO VITIVINÍCOLA
La D.O. Monterrei muestra sus vinos y teje sinergias en Tenerife
Lo último
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
La RAE incluye en el Diccionario de la lengua palabras como farlopa, mena o braguetazo