Los ingenieros agrícolas de Ourense renuevan su cúpula
Pepe Paz, presidente do Colexio de Enxeñeiros Agrícolas: “Temos que facer un novo rural con mais industrias agroalimentarias”
Reportaje
El curso escolar daba comienzo un mes atrás y con el, la pesadilla de los niños víctimas de acoso que cada año se ven obligados a compaginar las materias del plan de estudios con insultos, violencia o denigraciones. No existen datos, más allá de los que interponen una denuncia, del número de jóvenes que sufren problemas de acoso, según afirman los expertos debido a que posiblemente muchos no se atreven a contarlo por vergüenza o miedo a las consecuencias. Pese a que ahora se incluyen en los expedientes materias más modernas y la "diversidad" tiene cabida en algunos planes de estudios a través de asignaturas orientadas al civismo y a la ética, el señalamiento al diferente sigue acechando en las aulas.
El presidente de la Asociación para la Saúde Emocional na Infancia e na Adolescencia (ASEIA), Ricardo Fandiño, indica hasta donde abarca el problema: "Lo llamamos acoso escolar, pero realmente es acoso entre iguales. Uno de los principales escenarios es la escuela, pero no se debe olvidar que se extiende a las calles y las redes sociales. No es solo un problema del colegio, sino un problema social".
La Xunta de Galicia tiene un protocolo para la prevención, detección y tratamiento del acoso escolar pero, según afirma el presidente de ASEIA, "confiar en los protocolos que se ponen en la escuela para intervenir en ella, es ingenuo porque se trata de una intervención parcial". Teresa Ramos, portavoz de la comisaría de la Policía Nacional, recorre cada curso los colegios para concienciar y hablar de las consecuencias de este problema, y cree que "el protocolo está bien diseñado porque abarca los puntos importantes, pero seguramente falla la forma de ejecutarlo".
Entre los fallos de ejecución, se encuentran 6 denuncias registradas en la Fiscalía Provincial de Ourense por acoso escolar, y según Ramos, "durante la cuarentena se dieron casos de acoso online en tres colegios". Es decir, que los abusos continuaron fuera del colegio y en situación de encierro total. Precisamente, el ciberbullying es una de las formas más comunes de ejercer violencia. Ramos explica que "las cosas que pasan, por ejemplo, en grupos de Whatsapp, son más complicadas. Muchas veces hay cambios de colegio para frenar un caso, pero las redes sociales no tienen distancia e inmediatamente contactan unos acosadores con otros".
ASEIA, la Asociación para a Prevención e a Educación Social (APES) y la Policía Nacional coinciden en que las víctimas acostumbran a ser "blancos fáciles, personas que ven más débiles o que tienen una característica diferenciada del resto" en palabras de Susana Pérez, la presidenta de APES. Fandiño indica que "el acoso se podría entender como un tipo de conducta que consiste en identificar a un chivo expiatorio en el que se proyecta la debilidad para no sentirla ellos mismos". Durante el proceso de solución del conflicto "el niño debe saber que su diferencia sea cual sea, no justifica en ningún caso una conducta de acoso. Es fundamental trabajar la empatía y el respeto a la diversidad".
Hay un grupo de niños en el que los expertos aconsejan prestar atención: aquellos que no se implican pero son conscientes de lo que ocurre. Teresa Ramos explica que "es una figura muy importante, sobre todo la que sabe que lo que está viendo no está bien. Muchas veces no se atreven a hablar por miedo a verse perjudicados, pero existen maneras de contarlo sin que salgan perjudicados. Hay que potenciar estas iniciativas, como poner un buzón de sugerencias donde lo expliquen de forma anónima".
El presidente de ASEIA señala el castigo como una posible parte del tratamiento, sin embargo indica que "si aplicando el protocolo a un chico que ha sometido a acoso a otro, lo castigamos con una expulsión pero no hacemos nada a mayores , la efectividad del castigo será dudosa". Por su parte, Susana Pérez, cree que "se debe trabajar de manera muy individualizada. Cuando un niño acosa a un compañero, es que realmente algo en su vida no está funcionando. No existe una intervención estándar, sino que debe ser individual". En esta línea, Jose Antonio Álvarez, presidente de la de la Asociación de Nais e Pais de Ourense (ANPAS), destaca la importancia de prestar atención detallada a cada caso porque "a veces se penalizan conflictos inofensivos entre amigos, y otras en las que existe un problema serio y una víctima, no se hace nada".
Álvarez ve necesaria una mayor implicación de las familias en la formación contra el acoso: "Como en temas relacionados con las redes sociales. Si la Administración impartiese formación a los padres, tendrían más control a la hora de cuidar a donde acceden y como".
Otra indicación es "el diálogo en casa. Muchas veces los padres somos los últimos en enterarnos del acoso". Además, solicita mayor información de parte de los centros educativos ya que "estaríamos más tranquilos como padres si se informase de todos los casos de acoso que surgen en el centro, si sé que mi colegio detecta, informa, 'castiga' y pone en marcha ayuda a las dos partes . Debería haber mucha más transparencia y no primar el prestigio del centro".
Teresa Ramos anima a acudir a la policía cuando los padres consideren que su hijo no lo está pasando bien y no obtienen respuesta en el colegio: "La prevención es mejor que ser una madre desesperada en el futuro".
En 2019 solo seis casos de acoso tuvieron relevancia judicial
El fiscal delegado autonómico de Menores en Galicia, Jose Manuel Ucha, afirma que "son pocos los casos de acoso escolar que llegan a la fiscalía porque la mayoría se resuelven en el ámbito académico".
En 2019 se registró en la provincia una escasa incidencia de las denuncias por acoso escolar. De todas ellas, solo seis generaron procedimientos judiciales por delitos contra la integridad moral, y el resto se dilucidaron mayoritariamente en el ámbito de los delitos leves de lesiones amenazas o coacciones. El fiscal explica que "se suele utilizar el término acoso escolar para describir situaciones que más bien no responden a un delito contra la integridad moral propiamente dicho. Para que exista, tiene ser una situación de reiterado hostigamiento y permanente en el tiempo, además tiene que tratarse de menores iguales". Indica que en la ciudad "suelen verse más bien disputas puntuales". En su opinión, "hay una sobreprotección de los hijos, y muchas veces tratamos de justificar su comportamiento para evitar asumir las consecuencias de sus actos".
Antes de llegar a la Fiscalía, la policía ejecuta una averiguación de la situación, "y muchos de los casos se acaban considerando delitos leves y no situaciones de acoso". Afirma que el buylling es "un problema de educación, que corresponde a los padres".
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Los ingenieros agrícolas de Ourense renuevan su cúpula
Pepe Paz, presidente do Colexio de Enxeñeiros Agrícolas: “Temos que facer un novo rural con mais industrias agroalimentarias”
UNO MENOS QUE EN 2022
Ourense se acerca a su récord de colisiones provocadas por animales
CULTURA EN EL RURAL
La Red Provincial de Auditorios de Ourense alcanza los 7.500 espectadores
VACUNACIÓN MASIVA
Nueva convocatoria contra la gripe para mayores de 60 años
Lo último
COLOR DEL AÑO
Cloud Dancer: minimalismo, calma y moda en un solo color
Chito Rivas
PINGAS DE ORBALLO
As esperas teñen idade?
PERDÓN POR LA MOLESTIA
Los rojos que eran (viejos) verdes