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El Gordo, el 79432

“Llegamos a final de mes a rastras, estoy debiendo el agua”

Aunque el IMV supuso un pequeño desahogo para su situación para esta pareja, es insuficiente para que puedan llevar una vida con las comodidades mínimas

Publicado: 27 dic 2021 - 03:28 Actualizado: 27 dic 2021 - 16:26

Colas para tramitar el ingreso mínimo vital (ARCHIVO).
Colas para tramitar el ingreso mínimo vital (ARCHIVO).

El hogar de M.D.P., en el que convive con su pareja, es uno de los que reciben el Ingreso Mínimo Vital en la provincia. Pese a que prefiere que no se revele su nombre ni su rostro por miedo a la estigmatización, relata los problemas que afronta cada día para hacer frente a los gastos corrientes. “Llegamos a final de mes a rastras porque tengo que comprar alimentos todos los días y meter gasolina al coche. Estoy debiendo varios meses de agua porque no me da para todo, yo no puedo quedar sin alimentos para pagar el agua”, manifestó.

El importe que reciben es de 152 euros, para los que tuvieron que estar “muchísimo tiempo esperando”, y necesitaron la ayuda de Cruz Roja para la gestión del expediente. Esta ayuda complementa los ingresos que pueden conseguir con el reciclado urbano de cartón, madera y otros materiales, aunque esta actividad también cayó en picado con motivo de la pandemia. “La gente tira el papel y el cartón, y nosotros lo vamos recogiendo. También arreglamos las tablas de los palés que encontramos, pero ahora ya no hay ni papeles, ni cartón, ni nada”, agregó.

Además de los gastos cotidianos, M.D.P. tiene que seguir una estricta dieta debido a la diabetes que sufre, lo que dispara el coste de los alimentos, además de los medicamentos que necesita. También padece problemas de tensión. “Tengo la diabetes mal controlada, estuve en la residencia varios días porque un medicamento para la tensión me hizo mucho daño. Tuve que ingresar para que me quitaran los líquidos”, recordó.

Su único ingreso regular es una pensión no contributiva de 392 euros, más allá de lo esporádico del reciclaje, y también recibe ayudas de varios organismos. “Antes andábamos vendiendo los palés, y algún cartón, y siempre nos daba para ir turnado, pero es que ahora es imposible. Íbamos ganando algo, siempre nos expandíamos, por ejemplo ganábamos para gasolina o para pagar el teléfono y podíamos zafar, pero ya no”, aseveró.

Esta pareja sigue buscando ayudas en todas partes, y si bien el IMV supuso un pequeño desahogo para su situación, este es insuficiente para que puedan llevar una vida con las comodidades mínimas. Con la llegada del invierno su situación es más preocupante, aunque por suerte para ellos, la ciudad cuenta con organizaciones que nunca dejan de echar una mano.

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