Ourense cultiva 5 de las 14 variedades de pimiento autóctonas de Galicia

Las semillas de las variedades gallegas están guardadas en el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo. Si hubiese interés, podría recuperarse el pimiento de Punxín y el Ourense Verde. Oímbra y Arnoia disponen de sello IGP (Indicación Geográfica Protegida). La demanda es muy superior a la oferta, pero la falta de relevo generacional impide ampliar la producción.

Galicia no solo fue el primer lugar del continente europeo en el que se cultivó el pimiento, en el siglo XVII. También cuenta con una gran riqueza varietal: catorce tipos distintos. Por provincias, Ourense, con cinco, es la que más variedad presenta: Arnoia, Oímbra, Ourense verde, Punxín y Seixalbo. Le sigue A Coruña con cuatro: Couto, Couto grande, guindilla da Angustia y Padrón. Pontevedra cuenta con tres: blanco Rosal, Guláns y Vilanova. Por último, Lugo, con dos: Mougán y Piñeira.

Cinco de los catorce pimientos gallegos están amparados por sellos de origen: la variedad Padrón es la más popular de todas y la más extendida por Galicia, España y Marruecos. De ahí que una DO proteja con el nombre de Herbón los pimientos cultivados en su zona de origen, a caballo entre las provincias de A Coruña y Pontevedra. Los otros cuatro, cuentan con la protección de un sello de IGP (Indicación Geográfica Protegida): Couto, en la comarca de Narón, son muy similares a los anteriores pero nunca pican. En Lugo, los de Mougán se cultivan en el término municipal de Guntín. Por último, Ourense, anota los dos últimos del catálogo de pimientos con sello de origen: Arnoia y Oímbra. Ambos, vinculados a dos comarcas vinícolas: la del Ribeiro y Monterrei. El emparejamiento pimiento y viñedo siempre fue algo muy común en la provincia de Ourense, puesto que también se producía en Seixalbo y en Punxín y permitía complementar los ingresos obtenidos de la venta del vino con los pimientos que se producían desde la mitad del verano hasta la llegada de la vendimia.

El reconocimiento de una IGP o DOP ha permitido que los cinco pimientos amparados por tales sellos tengan asegurado su futuro y un mercado en el que la demanda es muy superior a la oferta, aunque la falta de relevo generacional en el campo hace que resulte muy difícil ver ampliada la superficie cultivada. Para los que ya han desaparecido del mercado, no todo está perdido. El Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo guarda semillas de cada uno de ellos y las oferta para quienes deseen recuperar su cultivo.

Las fiestas se concentran el primer fin de semana de agosto

El calendario de los pimientos gallegos comienza a finales del mes de mayo, con la llegada de las primeras remesas de Herbón. No es casualidad que se comercialicen en bolsas de 400 gramos, porque, con un peso medio de 4 gramos, envasa un ciento que es la medida tradicional de venta de pimientos sean grandes o pequeños. O Couto, que por cultivarse más al norte llega un poco más tarde, es sin embargo el primer pimiento con sello de origen que celebra su fiesta gastronómica. Este año fue el domingo 14 de julio.

El resto de las fiestas se celebrarán el primer fin de semana de agosto. Arnoia, la más veterana, extiende su celebración del viernes 2 al domingo 4. El año pasado despacharon más de tres mil kilos de pimientos a lo largo de las tres jornadas que duró la fiesta, que fue casi la mitad de la producción total de la IGP. Herbón, concentra su fiesta el sábado 3 de agosto, que llega así a la 44 edición, una menos que Arnoia. Oímbra celebra su vigésimo séptima feria del pimiento el domingo 4. En la anterior pasaron por las sartenes de la feria una tonelada y media de pimientos. Estas tres son fiestas declaradas de interés turístico gallego.

Pero todavía queda una más: Mougán, en el concello lucense de Guntín. Todos pasan por la sartén, en abundante aceite de oliva, el día de la fiesta. La fritura es la técnica más común en los de Couto, Herbón y Mougán. Pero para los de Oímbra y Arnoia, además de freír, le van otras elaboraciones como el asado.