TERCERA VICTORIA CONSECUTIVA
El Arenteiro es otro equipo y derrota a Osasuna Promesas (2-0)
FUTBOLEROS DISFRAZADOS
Y el resultado nos da igual”, reza la clásica canción futbolera. Fue, casi casi, lo que ocurrió este fin de semana en los campos de Ourense. Emoción, tension competitiva, nervios y algún enfado, sí, pero sobre todo mucha fiesta. Es lo que tiene disputar los encuentros en el fin de semana grande del Entroido. Una fiesta arraigada como pocas en el ADN ourensano, como volvió a quedar demostrado en las calles y en los recintos deportivos.
Entre gol y gol, no faltaron las caretas, los disfraces, las resacas y la expectativa de más resacas en los días de jarana que quedan por delante. Mayores y pequeños compartieron su pasión por el balompié animando a sus equipos para que esa fiesta fuese completa y se pudieran marchar a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
Algunos futbolistas se pusieron el disfraz de héroes, a otros les sentó como un guante el traje de villanos. Atentas, las miradas de los clásicos, aquellos que tienen su asiento fijo y llevan ya unos cuantos Entroidos a las espaldas, muy cerca de niños y niñas que están mezclando universos prácticamente por primera vez.
En la ciudad, las villas o los pueblos, la festividad de Don Carnal y Doña Cuaresma se abrió pasó irremediablemente en un deporte que siempre es el primero en apuntarse a estas cosas. Los que ganaron, doblemente felices. Los que perdieron, a pensar en el festivo. El fútbol les volverá a dar una nueva oportunidad para celebrar.
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