El asesino de Morata de Tajuña alega arrebato y trastorno paranoide para reducir su pena

TRIPLE HOMICIDIO

La defensa de Dilawar Hussein sostiene que actuó bajo una crisis emocional y un trastorno paranoide, mientras la Fiscalía pide 36 años de prisión.

Juicio por el triple asesinato de los hermanos de Morata de Tajuña, en la Audiencia Provincial de Madrid
Juicio por el triple asesinato de los hermanos de Morata de Tajuña, en la Audiencia Provincial de Madrid | Europa Press

El juicio contra Dilawar Hussein, el hombre que confesó haber asesinado a tres hermanos en Morata de Tajuña en diciembre de 2023, ha comenzado esta mañana en la Audiencia Provincial de Madrid con la selección del jurado popular. La defensa del acusado sostiene que actuó bajo un estado de arrebato y la influencia de un trastorno de personalidad paranoide, lo que, de ser aceptado por el tribunal, podría suponer una reducción significativa de la condena.

El fiscal solicita 36 años de prisión por tres delitos de homicidio y uno de quebrantamiento de condena, con una atenuante por alteración psíquica. En cambio, la defensa pide una pena de siete años de cárcel, al aplicar las atenuantes de trastorno mental, confesión y arrebato u obcecación.

No existe acusación particular en representación de las víctimas.

La estrategia de la defensa

El abogado defensor argumenta que su cliente sufría una alteración psíquica contemplada en el artículo 21 del Código Penal. Según su escrito, Dilawar padecía un trastorno de personalidad con rasgos paranoides que condicionó su percepción de la realidad y su capacidad para controlar sus impulsos.

“Mi cliente actuó bajo un estado de arrebato provocado por una situación de desesperación económica y emocional. Se arrepintió profundamente y se entregó voluntariamente a la Guardia Civil”, afirmó el letrado durante la vista.

El acusado mantenía que las víctimas le debían 60.000 euros, dinero que necesitaba para costear el tratamiento médico de su madre enferma en Pakistán, quien falleció antes de que pudiera enviarlo. Según la defensa, la tensión acumulada, la sensación de traición y la presión económica derivaron en una reacción impulsiva.

El trasfondo: una “estafa amorosa”

Las tres víctimas habían conocido a Dilawar, apodado el Negro, tras alquilarle una habitación. Posteriormente, las hermanas solicitaron al acusado un préstamo de 60.000 euros tras haber sido víctimas de una estafa amorosa en internet por parte de supuestos militares estadounidenses destinados en Afganistán.

El acusado había sido denunciado en varias ocasiones por acoso y amenazas, y un juez de Alcalá de Henares le impuso en septiembre de 2023 una orden de alejamiento respecto de una de las hermanas.

El crimen se produjo el 17 de diciembre de 2023, cuando Dilawar escaló el muro del domicilio de las víctimas y, una vez dentro, las golpeó con una barra de hierro, causándoles la muerte por traumatismo craneoencefálico. Días después, prendió fuego a los cadáveres, que fueron hallados calcinados y apilados el 19 de enero de 2024.

El acusado fue detenido el 22 de enero de 2024, confesó los hechos y permanece en prisión provisional desde entonces.

Un perfil violento y alterado

Durante la instrucción, una pericial psiquiátrica determinó que el acusado presentaba rasgos paranoides y una frustración vital acumulada, lo que habría disminuido levemente sus facultades cognitivas y volitivas.

Sin embargo, los forenses deberán aclarar en el juicio si dicha alteración fue suficiente para considerarla atenuante. La valoración de estos informes será clave en el veredicto del jurado.

Mientras tanto, Dilawar permanece en prisión, donde en 2024 asesinó a golpes a su compañero de celda con una pesa, un hecho por el que será juzgado en otro proceso con jurado popular el próximo año.

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