PREMIO FORQUÉ
José Manuel Lorenzo, más osado que valiente
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Con doce años decidió que quería tener una blues band y tocar la guitarra. Adrián Costa (Santiago de Compostela, 1979) se conjuró a ello, de manera autodidacta y se empapó de blues, primero en Berlín y luego en la Bahía de San Francisco, en Estados Unidos. Desde aquel día en que tomó esa decisión siendo niño han pasado más de cuarenta años, ha grabado una veintena de discos y forjado una carrera en la que lo más destacado es que, independientemente cómo se llame el grupo en el que lo vemos tocar y cantar, su identidad musical resulta inconfundible, ya sea con un blues o un bolero.
Pregunta.¿En qué momento tomó usted la decisión de dedicarse a la música?
Respuesta.Yo jugaba en el Compostela, era delantero y en el momento en el que hicieron una selección y a mi no me cogieron porque yo era bajito. Y me dije “es igual, yo tengo una blues band”.
P.¿Y el blues? Me habla de principios de los noventa, no eran tiempos muy bluseros por esta tierra.
R.Yo llevaba escuchando música mucho tiempo porque en casa mi madre escuchaba mucha música. Me acuerdo de los discos de Toquinho, de música cubana, de discos que escuchaba mi abuela. Y había un supermercado en Santiago, que se llamaba Simago, que tenía una sección de discos muy buena. Había de todo. Me llevé un disco de Albert King, “King of the blues guitar” y me fui corriendo a casa para escucharlo. En el momento en el que escuché la segunda canción, Overall junction, dije: “Yo quiero ser guitarrista”. Y al día siguiente le decía a todo el mundo en el colegio, “yo soy guitarrista”. Y cuando venía alguien con una guitarra y me decía “toca algo”, yo le contestaba “No, ahora no, que no me apetece”. Entonces no sabía ni un acorde, pero tenía claro que quería tocar como Albert King.
P.¿Qué es lo que más le llamó la atención de los temas de músicos como King?
R.Su actitud directa, sin mayor decorado y sus letras sinceras. Es lo siempre veo en el blues, a alguien que me está hablando. Otros géneros tienden más al adorno, el blues, en cambio, no. Es un testimonio de las experiencias que tienes en la vida, de las cosas que te pasan. Y eso para mí es el verdadero legado de este género que viene de la cultura afroamericana. Y por eso me parece un género siempre actual y siempre moderno.
P.Le he visto con muchos grupos, muy diferentes pero su identidad musical nunca se ha quebrantado. ¿Cómo lo consigue?
R.Soy una persona que escucha muchos géneros, musicalmente soy muy abierto, pero considero que la especialización es lo que te permite avanzar. Porque una vez que sepas de algo realmente y hayas buceado por las aguas profundas de lo que sea, cuando conoces a fondo ese género y eres tu mismo, te resulta más fácil saltar a cualquier otro porque vas a seguir siendo tú. Lo importante es la actitud cuando estás interpretando. Por poner un ejemplo, del bolero a la balada jazz el margen es muy fino y además poroso. En el blues lo que más se aprecia es que suenes a ti mismo. No es una cuestión de técnica, lo importante es que el discurso sea el tuyo.
P.Y lo mismo ocurre con el idioma. Canta en inglés y en español con la misma naturalidad.
R.Me fui a Alemania con 23 años y no volví a España hasta hace poco y durante todo ese tiempo que estuve fuera cantaba en inglés, algo que para mí era natural porque yo escuchaba muchísima música cantada en inglés. Y cuando regresé a España, también me resultó natural cantar en español, porque tengo tras de mí todo un bagaje musical heredado de mi familia, mi abuela me cantaba todas esas canciones que forman parte de mis raíces. Ella había vivido muchos años en Cuba. Entonces, sabías de dónde venía una persona cuando regresaba de la emigración porque se traía como equipaje toda una riqueza cultural.
P.Estuvo en Berlín, luego en California y, finalmente regresó. ¿Por qué?
R.Fundamentalmente por mi hija. Yo estaba muy contento allí, pero no quería que mi hija naciese en una sociedad que para mí está enferma, tan individualista, donde el dinero prima y las familias están distanciadas por miles de kilómetros. Yo me sentí muy seguro de mi mismo cuando cogí un tren y me fui de Santiago con 19 años porque había tenido el apoyo de mi familia y eso es lo que quiero que viva mi hija. Creo que Galicia es un paraíso para los niños.
P.¿Qué está preparando ahora?
R.Estoy con el nuevo show de aquella banda que tenía hace seis años que se llamaba The Criers. Bueno, ahora es diferente, porque he madurado en los seis-ocho últimos años y estoy muy ilusionado porque la banda que he reunido creo que es ideal en el aspecto musical y tanto ellos como yo estamos muy contentos con este trabajo que se materializará en un disco que presentaremos el 27 de diciembre en la sala Capitol, en Santiago.
P.¿Ya hay título para el disco?
R.Sí, sí. “No Cash, no Johnny”
P.¿Seguirá siendo Adrián Costa & The Criers?
R.Ahora será Too Sweet & The Criers. En EEUU la gente toma muchos dulces y yo nunca tomaba ninguno, me decían con ironía que era porque yo era demasiado dulce, “too sweet”. Presentaremos disco nuevo en la Capitol de Santiago el 27 de diciembre.
P.Arrasó con “Toda una vida” en Youtube y en alguna entrevista decía que tenía intención de grabar un disco con boleros de Machín. ¿Sigue pensando en ello?
R.Sigo. Como decía antes forma parte de mis raíces y sería una manera de rendirle homenaje a mi abuela y a mi madre.
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