Trump celebra el ascenso de la ultraderecha nacionalista para recuperar la "grandeza" europea

La administración Trump se ha fijado como una de sus misiones dentro de la política internacional "ayudar a Europa a corregir su trayectoria actual" y, para ello, no ha dudado en poner negro sobre blanco en su estrategia de seguridad nacional que Estados Unidos "priorizará" actuar en los países europeos para "cultivar la resistencia" a las políticas que ahora mismo son mayoritarias. No obstante, atisba un rayo de esperanza en el auge de la extrema derecha nacionalista, que promoverá políticas para que "Europa sea europea".

"Estados Unidos anima a sus aliados políticos en Europa a promover este resurgimiento del espíritu, y la creciente influencia de los partidos patrióticos europeos es, sin duda, motivo de gran optimismo", se incluye literalmente en el documento que acaba de hacerse público, en el que también se recoge la posibilidad de que la civilización europea desaparezca como tal: "si las tendencias actuales continúan, el continente europeo será irreconocible en veinte años o menos".

Al hilo de ello, la primera estrategia de seguridad nacional que presenta Trump en su segundo mandato carga duramente contra las democracias y las instituciones europeas. De hecho, sin explicitar a cuál se refiere, habla de países que han "subvertido los procesos democráticos" y que "pisotean los principios básicos de la democracia para reprimir a la oposición". Es por ello que, en lo que supone una enorme intromisión en la política comunitaria, se recoge el deseo de Estados Unidos de colaborar con "países alineados que deseen restaurar su antigua grandeza", su particular reformulación del lema del presidente norteamericano.

"Queremos que Europa siga siendo europea", enuncia un texto en el que no se oculta el temor de fondo de Estados Unidos de que los europeos no continúen siendo en el futuro "aliados fiables", pues "el comercio trasatlántico sigue siendo uno de los pilares de la economía global y de la prosperidad estadounidense". "No solo no podemos permitirnos descartar a Europa; sino que hacerlo sería contraproducente", resume el documento estratégico.