Pilar Cernuda
CRÓNICA PERSONAL
Guardiola, presidenta, el PSOE se hunde
De siempre, septiembre marca el inicio de un nuevo curso. Repleto de propósitos, que, personalmente, son una mezcla de morriña y páginas por escribir con ganas. Nostalgia, aflicción por el vacío que nos deja el fallecimiento de nuestro compañero de asiento en el Pazo, Carlos, a quien su humildad, discreción no le hace justicia con su defensa, seguimiento del deporte ourensano. Del Ourense CF y del COB, en especial. Te echaremos de menos.
Entrecruzado con el ánimo e ilusión porque el COB vuelva a ser el equipo yeyé que fue la pasada temporada, especialmente en el primer cuarto de la liga: intenso en defensa y frenético, sorpresivo en ataque. Por ahí va su conformación. Y es que Moncho López no solo entrena un equipo, construyó una forma de entender, jugar al baloncesto, que los aficionados ourensanos valoran sobremedida. Con unos primeros pasos donde los más jóvenes, Martín (los dos), Diogo e Isaac Vazquez, están por la “disputa” de los minutos. Más descarado Gabe Kalscheur que Carlos Jürgens, más fuerte, o Sergi Huguet, más tirador. Conocido y ordenado, Sean McDonell. No tanto Kentwan Smith, a quien el orden sabe a poco. Que el equipo pueda imponer su ritmo, depende, en gran parte, de que Romaro Gill, ya con galones y “haberes” de titular, que pueda hacer valer su envergadura y que el rookie Kingsley Okanu cubra expectativas, queseguro lo hará. Con redoblados ánimos, tras completar un espléndido papel en el Eurobasket, se reincorpora Rafa Lisboa.
Echaremos de menos a Carlos en las gradas de un Pazo que espera poder disfrutar de nuevo del COB yeyé de Moncho López
Todo esto en una Primera FEB más competitiva, de mayor nivel de los últimos años y concurrente en la puesta por el small-ball -juego de bajitos tipo “Howard” ¡pasar a campo contrario y tirar!-: Ty Robers/Allen Rogers (Zamora), Isaiah Rivera (gran pareja con Sebastián Thomas en Cartagena), Jordan Walker (Alicante)... una vez más Gipuzkoa parece haber acertado con la pareja Lance Terry (ganador concurso de triples de la NCAA) y Tyler Maghie. No muy académico en sus lanzamientos, pero las mete, Jovanaugh Powel, de sobra conocidos los Cremo, Jorgensen (Coruña), Salin (Estudiantes), Bercelo, Barrueta (Obradoiro), Borg y Kunkel (Palencia), o el sorpresivo Parham (Oviedo). Todo esto en un contexto donde los más ricos, Estudiantes, Obradoiro, alguna duda con los de Palencia y Coruña, quizá Alicante o Fuenlabrada si persiste en esa huida hacia adelante, que además de los bajitos se gastaron el dinero en reputados pívots. Estos, parafraseando al sprinter Mark Cavendish, “van a imponer su ritmo y lo único que nos queda es hacer bien la táctica del sprint”. Disputa a codazos por las otras 4 ó 5 plazas de acceso a la zona noble.
Por otro lado vuelve a partir huérfano de sponsor el conjunto ourensano, con lo que no hay ascensor posible para alcanzar a rivales que, cuando menos, le doblan en presupuesto. Me viene al recuerdo lo sucedido allá por los 80 con una pionera cervecera ourensana: “Calquera que non sexa San Martín”, tal era el desdén de muchos ourensanos hacia la cerveza que en los años 70 se fabricaba en el Polígono de San Cibrao. No es de extrañar que esta fábrica, creada con capital aportado por Mahou y nuestros emigrantes, terminara por cerrar allá por 1981. Tiempo después estos mismos y expertos “sumilleres”, sin ruborizarse, se lamentaban de que hubiera desaparecido “una de las mejores cervezas de España”... A buenas horas.
Algo semejante ocurre con la esquivez de las grandes empresas ourensanas hacia el COB. No tanto autónomos y pequeñas empresas. Están más, esos con más posibles, por el saquillo, que siendo importante, lo más, no quita lo otro: respaldar/patrocinar la “ourensanía” de un proyecto deportivo cada vez más consolidado. ¿Cuántos años han pasado de aquel Caixa Ourense o Coren Ourense. Se acabó aquello de “Galicia Calidade” que decía el añorado periodista Andrés Montes en las retrasmisiones televisivas. Es más,de Lugo llegó Leche Río o de Zamora Ibereólicas.
Y ahora que el “blokecore” -siempre con camiseta- está de moda ¿Qué “mejor almacen de reparto”? que dicen los entendidos en publicidad, más económico o de mayor arraigo. No es exagerar el decir que una media de 4.000 aficionados pueden ir a cada partido en el Pazo, para lucir la cobista, que bien podía llevar impreso ese QR o el “dibujo” de un futuro proyecto. “Uno no sabe lo que tiene hasta que se ha ido”, ¡qué razón tiene Bob Dylan!
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Pilar Cernuda
CRÓNICA PERSONAL
Guardiola, presidenta, el PSOE se hunde
Jaime Rodríguez Arana
La ideología
Víctor González
Principios y títulos
Ramón Pastrana
LA PUNTILLA
Ositos