Un cardenal católico o eso dice él que es él, Giovanni Battista Re, un brasileño blanco, ha excomulgado a una chavalita de nueve años que abortó tras haber sido violada por su padrastro. En cambio no ha excomulgado al padrastro violador, porque según ha dicho el cardenal: "El aborto es más grave que la violación". Además y por extensión, o no sé si de paso, también excomulgó a todo el personal sanitario que practicó el aborto. Ya puestos, pensaría él, excomulguemos a todo el mundo y así me ahorro levantarme mañana durante la siesta.
La excomunión es una estupidez histórica de proporciones monumentales que solo interesa a los que se dedican a excomulgar y a nadie más. Ni siquiera interesa a los excomulgados o excomulgadas. El señor Juan Bautista Rey, cuyo nombre queda muy bonito dicho en italiano y que seguramente será amiguete del alma de Bolsonaro, es lo que todos sabemos y suponemos y no voy a ponerlo yo aquí por no ensuciar más estas líneas. Ya las ensucia él lo suficiente.
Una niña ¡de nueve años! repetidamente violada por su padrastro. ¿En qué pensará ese desgraciado (perdonen ustedes, no él) supuesto cardenal de la Iglesia para condenar a la niña y perdonar al violador según esos criterios tan especiales? ¿En qué pensará? No lo sé y no lo entiendo.
Como criado y educado desde niño en una familia católica, este tipo de noticias me provocan siempre inquietud. ¿Son los católicos una pandilla de desalmados, asesinos, gentes sin escrúpulos y sin ningún afecto por los demás y por los problemas de los demás? Creo que no. Al menos mis familiares y amigos católicos no son así y no piensan así. Son buenas personas. Pero oyendo, leyendo y siguiendo a muchos de sus obispos, cardenales, etc., a veces lo parece. Ese tipo, Giovanni, ¿qué demonios lee cuando lee el Evangelio? Algo, leer el Evangelio, que se supone debe hacer ese hombre si es que es un hombre (lean a Primo Levi), con regularidad e incluso diría yo que por obligación dada su posición y su cargo en la Iglesia. Obviamente no lee lo que yo, aunque el texto del Evangelio es el mismo para todos y está ahí para todos. Quizá leemos distinto. No sé.
Para acabar de arreglarlo y como la niña ¡de nueve años! según parece iba a tener gemelos, en declaraciones posteriores Giovanni, que no es Don Giovanni porque esto no es una ópera de Mozart, considera el delito (de ella) aun más grave por eso. Doblemente grave. Ignoramos si la violación también fue doble, e ignoramos lo que opina Giovanni de la violación, aunque echándole imaginación no sé lo qué podríamos pensar.
A mí escribir estos artículos de prensa me gusta y me lo paso bien haciéndolo, pero la verdad es que a veces solo me dan ganas de una cosa: de vomitar. De vomitar encima de Giovanni. Excusi signore. En fin. ¡Salud! y que tengan ustedes... un mal día si pueden.
