Carlos Risco
COSAS QUE CONVIENEN
Ahora que vamos a entrar en el invierno astronómico
PERDÓN POR LA MOLESTIA
En un pasaje del libro “La década roja”, su autor, Francisco Umbral reproduce una deliciosa conversación con Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid entre 1979 y 1986. El escritor le reconoce ser “un buen vendedor” de la ciudad”. El Viejo Profesor asiente: “Le hemos dado una dimensión internacional, casi ecuménica, y hemos conseguido un respeto mundial para la ciudad, que hoy es un respeto incluso político”. No pierdan el contexto temporal y social, quédense con el espíritu de la reflexión. “El pueblo madrileño, Umbral, es un gran generador de modos de vida, de conversación, de éticas y estéticas”, comenta con la suficiencia del intelectual.
Miro en la despensa de Ourense a ver qué hay para echarle algo de comer a la crónica y lo que no tiene moho se ha vuelto un engrudo intragable. Mitad burócratas, mitad agrimensores, han montando en el Concello un debate sobre el recorrido de las líneas de autobús. Todo lo que debería quedar resuelto con un solvente estudio técnico y el consenso vecinal adquiere la mística del sintoísmo en la cultura japonesa. Sesudos concejales dan seriedad a un nuevo sujétame el cubata del alcalde. Se pone de bruces encima del mapa trazando líneas de autobús como el general Montgomery escrutaba el desierto para ganar al Afrika Korps de Rommel.
Cuando el reto es la movilidad en su conjunto la discusión es delante de qué portal para el bus
La ciudad aún tiene por definir su estrategia, qué elementos sustantivos la distinguen, qué fortalezas adornarían una traza urbana con gran personalidad, pero el debate es la parada de bus. La monumentalidad vivió tiempos, la cultura languidece como cordón umbilical que nos identifica. Los recursos naturales y termales yacen bajo la lápida de la ignorancia. En movilidad, la ciudad arrastra los males de las últimas décadas, pero los representantes de los más de 100.000 habitantes dilucidan qué línea para delante del portal. En la era de la tecnología están con escuadra y cartabón dibujando mientras cantan “El blues del autobús”, de Miguel Ríos. Tierno metió tijera en la movilidad en los 80 a los “coches y carricoches en el lugar donde les peta a sus propietarios”. Esto aún no cuaja en Ourense casi medio siglo después, empezando por Jácome, que estaciona a capricho. Hay que delimitar paradas para su coche, casi tanto como las del autobús.
Explora Pompeya con un arqueólogo experto de habla inglesa o italiana en un grupo pequeño e íntimo, en un tour sin colas de hora y media, las plazas se agotan rápido.” La publicidad para rutas guiadas es cada vez más agresiva. Cuatro millones de personas visitan cada año la ciudad del sur de Italia que quedó sepultada bajo la lava del Vesubio en el año 79.
Este agosto ardieron en Galicia 120.000 hectáreas en los incendios forestales. Es nuestro Vesubio, que cada año entra en erupción, raro es que nos dé plantón. La Xunta invertirá 3,6 millones de euros en promocionar el turismo en las zonas más afectadas por el fuego para paliar la esperada merma económica por el parón del sector. Hay un movimiento de acción/reacción en la administración que demuestra preocupación y reflejos. Sería un auténtico sarcasmo que los lugares más castigados por la plaga incendiaria consiguiesen más visitantes e ingresos que cuando la exuberante belleza de sus recursos naturales estaba en plena lozanía. En algunos lugares el paisaje es espectral, quién sabe si con atractivos para atraer turismo post mortem. Los turoperadores empezarán a hablar en pasado. Allá al fondo había un hermoso bosque, un poco más abajo, grandes pastos para el ganado, las manchas negras de aquella ladera eran una explosión de color en la primavera y su paleta de tonalidades de otoño era inspiradora. No sé, se me ocurre. En todo el mundo mueve a millones de personas el turismo de ruinas, el funerario, el de culturas pretéritas. A ver si Ourense va a encontrar un nicho de mercado en la ruta de los incendios. Igual es más rentable que el termalismo.
Tenemos que desarrollar una visión integral y compartida a nivel mundial de cómo la tecnología está afectando a nuestras vidas y reformando nuestros entornos económicos, sociales, culturales y humanos”. La frase es de Klaus Schwab, fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial hasta el pasado mes de abril. Detrás de este comentario está un mundo que gira a gran velocidad y que se vuelve irreconocible de un día para otro.
A estas alturas el debate laboral aún es numérico. Yolanda Díaz se ha llevado un zasca porque su intento de reducir la jornada de trabajo le puso ante el espejo de las frágiles mayorías. Para buscar contexto las estadísticas sirven como el fotomatón. El 40 % de los trabajadores ourensanos curran menos de 37,5 horas a la semana, que es lo mismo que el 60 % labora bastante más. La letra del contrato, en cuanto a duración de la jornada, raras veces coincide con el de entrada y salida.
el escenario laboral cambia a velocidad de la luz, por lo tanto es anacrónico quedarse solo en las horas trabajadas
Por lo tanto las cifras pueden tener el valor de una encuesta del CIS de Tezanos, si no que se lo digan a los curritos. Los cambios sociales son profundos, la capilaridad en la empresa es irreconocible y la Inteligencia Artificial pondrá patas arriba todos los convencionalismos en el trabajo que hemos conocido en las últimas décadas, pero la discusión ahora es numérica, si fichamos a tal hora y nos vamos a otra a sabiendas de que todos estamos localizados en el móvil o en el correo. Las condiciones no solo se rigen por el número de horas que pasa una persona en el lugar de trabajo. La cosa no será desempolvar la reivindicación expresada en la pancarta de los años 80 de la reconversión industrial: “¡Obreiro parado, patrón colgado!”.
Mira tú el empeño que pone este buen hombre por mantenerse aseado pese a las deficientes condiciones del suministro de agua potable en Becoña de Abaixo, concello de Boborás. Mira tú que la estampa tiene cierto aire a lo que el imaginario colectivo ha identificado como el bautismo en las aguas del río Jordán, aunque sin Jesús y San Juan. Mira tú como la determinación de esta persona ha puesto de nuevo sobre el tapete que las condiciones de los servicios del rural son agua estancada, nunca mejor dicho. Mira tú la cantidad de viviendas, 3.000 para ser exactos, que quedan en Ourense con un servicio de agua deficiente. Mira tú como, una vez más, la letanía de poner fetén el rural y atraer población choca con estas y otras realidades. Mira tú que a lo mejor no todos los vecinos están dispuestos a hacer lo de esta persona, sobre todo ahora que la ola de calor se ha ido. Mira tú como en Becoña esperan que nunca más haya riesgo de cante de sobaco. Mira tú.
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